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El estado de alarma por el coronavirus vacía las calles de Burgos
La gran mayoría de los burgaleses se mantienen en sus casas durante la tercera jornada de 'cuarentena social' y los vecinos que salen a pasear y hacer turismo son minoría
Desde anoche, y durante toda la mañana de este domingo, la Policía y Protección Civil recorren las calles de Burgos recordando por megafonía a los ciudadanos la necesidad de quedarse en casa para combatir la pandemia de coronavirus.
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Es, sin embargo, un mensaje que ya ha calado en la mayoría de la población, pues las calles de la ciudad parecen sacadas de una película de terror. Con temperaturas más que agradables y el sol luciendo, las calles de la capital burgalesa han amanecido vacías. Burgos es una ciudad fantasma salvo contadas excepciones.
Porque todavía queda un reducto de población que ha salido a pasear y hacer turismo, pero son la minoría. El resto ha limitado su salida a la calle a una escapada breve para comprar el pan o la prensa en esta mañana de domingo. En las panaderías, las colas se hacían en la calle, guardando el metro de seguridad y respetando la entrada al establecimiento. Tan solo entra un nuevo cliente cuando el anterior ya ha salido.
En los templos, sin actividad litúrgica pero abierta para los fieles, el paisaje no es diferente: bancos vacíos en una Cuaresma atípica. Mientras, los empleados municipales de limpieza continúan con su trabajo para que la ciudad se paralice lo menos posible y la recogida basuras continúa con su ritmo habitual.
La Plaza del Cid, la Plaza Mayor, la Catedral y otros tantos puntos emblemáticos de la ciudad lucen hoy un aspecto inusual
Burgos luce más silenciosa que nunca para cumplir con el estado de alarma sanitaria decretada en la jornada del sábado por el Gobierno.
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