Cuatro mujeres ucranianas iniciarán una nueva vida en Burgos

La normalidad de lo extraordinario. Esa es la sensación vivida este miércoles en la cafetería de la estación de autobuses de Burgos. Lejos de los focos, entre cafés apresurados y viajeros que vienen y van, una familia de cuatro personas recién llegada a España desde la guerra de Ucrania se encuentra con algunos de los primeros refugiados en llegar a Burgos.

Nadiya y José Ignacio Alonso, miembros de la comunidad ucraniana de Burgos, encabezan la comitiva que da la bienvenida junto a otros burgaleses a una familia que se hospedará en la cercana localidad de Cardeñadijo para intentar construir una nueva vida y dejar atrás el recuerdo de la destruida por las bombas rusas.

En su nueva labor de mediación y apoyo entre los ucranianos que llegan de la guerra, les han informado que pueden contar con ellos para realizar los trámites para regularizar su situación y acceder a los servicios gubernamentales tales como educación y cobertura sanitaria.

A su llegada al municipio ubicado apenas a ocho kilómetros de la capital, se alojarán en una de las casas y pasarán a formar parte de la extensa marea de asiliados que ha llegado a la provincia y que ha sumado 83 nuevos miembros en las últimas semanas.

Un empresario burgalés ha sido el artífice de esta nueva travesía de rescate en autobús para traer refugiados a España. «Todo ha estado medido, cada parada para que descansasen mujeres y niños. Ahora son como mi familia, la verdad es que durante el viaje se ha creado un vínculo fuerte entre todos», ha explicado.

La familia, emocionada ante la situación, ha señalado que su intención es «adaptarse, trabajar y crear una vida para poder estar aquí hasta que la situación mejore y volver a su país». Para amenizar ese proceso, Nadiya organiza un reunión semanal con familias de acogida y los refugiados que alojan para exponer la experiencia y realizar un apoyo de grupo.

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