Artemisia Gentileschi, mucho más que una artista violada

Las mujeres artistas existen y no deberían de ser reconocidas por ser mujeres o por lo que les haya pasado a lo largo de su vida, sino que por la calidad de sus obras. Este es el caso de Artemisia Gentileschi, una pintora que se la recuerda más por el hecho de haber sido violada a los 18 años por su profesor que por lo buenas que son sus obras.

Nacida en Roma el cinco de julio de 1593, se ve influenciada por las obras de su padre, el cual también era pintor, y por las de Caravaggio, al cual admiraban ambos admiraban enormemente. Su estilo está completamente inmerso en el barroco, donde hay dolor, dinamismo, dramatismo, rencor y violencia.

El episodio vivido junto a su profesor no la hace ni mejor ni peor pintora, simplemente era buena en su trabajo. Tiene obras relacionadas con violaciones, como «Susana y los viejos», pero también tiene otras que no tienen nada que ver con el tema y que son igualmente estupendas.

De hecho, su estilo consistía en autoretratarse en sus obras. Tiende a plasmar a la mujer como protagonista: una mujer valiente, activa, que toma el protagonismo de su propia vida. Esto a los mecenas, las personas que la encargaban las obras, les encantaba dada la belleza de la pintora italiana, por lo podríamos decir que ella utilizaba su propia imagen para vender más.

Su producción es bastante extensa, lo cual le permite vivir de su obra y su éxito. Sin embargo, no tuvo la suerte de casarse con un buen hombre. Después de una relación de diez años, decidió partir en busca de aventuras. Esto la llevó a tener la oportunidad de pintar para figuras como el rey Carlos I de Inglaterra.

Finalmente, se termina asentando en Nápoles, donde acabará muriendo en 1656. Desde su llegada fue una mujer de múcho éxito en la ciudad italiana hasta su fallecimiento, aunque a partir de este fue quedando en el olvido. No fue hasta el siglo XX cuando su arte volvió a resurgir.

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