Un Roglic catedralicio mantiene la sequía española en La Vuelta en Burgos
El campeón de las dos últimas ediciones, que viene de ganar el oro olímpico en Tokio, impidió a Aranburu ser el primer nacional que vence en la capital desde 2008
Con la miel en los labios. Así dejó el vigente campeón de La Vuelta a España Primoz Roglic a Álex Aranburu, a la postre segundo en la crono de Burgos, y quien se sentó en la silla del virtual ganador durante más de hora y media. El esloveno, que viene de ganar el oro olímpico en la disciplina en Tokio, impidió de esta manera que el vasco de Astana se convirtiera en el primer ciclista nacional que gana una etapa en Burgos desde 2008.
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Desde hace 13 años, cuando Óscar Freire resolvió al sprint una etapa de 178 kilómetros que había salido de Calahorra, La Vuelta había vuelto a la capital burgalesa en tres ocasiones: en 2010, cuando ganó el británico Mark Cavendish, en 2013, cuando el neerlandés Bauke Mollema sorprendió a los velocistas, y en 2015, cuando su compatriota y actual compañero de Roglic Tom Dumoulin se impuso en una contrarreloj de 38,7 kilómetros que, como en este 2021, tuvo las calles de la capital como principio y fin.
Con esta victoria, Primoz Roglic sumó la decimocuarta en la lucha contra el crono en toda su trayectoria y su sexta victoria parcial en La Vuelta, a la que llega como claro favorito a revalidar el maillot rojo que se enfundó en 2019 y 2020, después de perderse el pasado Tour de Francia por una grave caída en la tercera etapa que provocó que abandonara la ronda gala. Volviendo a prueba española, se da la curiosa circunstancia de que, como en la Catedral, Roglic fue el primero en vestirse de líder y su compañero Sepp Kuss el primero en ser líder de la montaña.
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