El Mirandés noquea a un rival directo y se aleja de la zona de descenso

Un tanto en cada parte de Carlos Martín, que volvía a la titularidad, le sirvió al Mirandés para volver a festejar un triunfo ante su afición después de completar un encuentro muy solvente, especialmente en defensa, donde apenas concedió ocasiones a un Albacete negado a domicilio. Enlaza tres partidos con la portería a cero y cinco encuentros puntuando el conjunto de Alessio Lisci, que toma distancia con respecto a la zona de descenso.

El animado inicio de encuentro, con los dos equipos proponiendo, aunque sin llegar a golpear con contundencia, dio un vuelco con un error grosero de Djetei. El central del Albacete, mediado el primer acto, cedió de manera defectuosa a su portero y Carlos Martín, más listo, aprovechó el regalo para encarar a Bernabé y volver a marcar en el día que recuperaba su plaza en el once inicial del conjunto jabato.

Fue rehaciéndose del mazazo el cuadro de Albés, que se asomó al gol en una jugada de laboratorio en la que Manu Fuster ajustó con precisión el pase para que Antonio Cristian conectara un zurdazo que Ramón Juan, con una gran intervención, impidió que se convirtiera en el 1-1. No fue el único susto para la escuadra de Lisci en la recta final del primer acto. Manu Fuster cayó al límite del área en una zancadilla de Ilyas y el VAR, tras revisar la acción, ratificó la decisión del colegiado y no hubo pena máxima contra la escuadra jabata.

El propio Ilyas abrió las hostilidades después del intermedio antes de que Barcia estuviera cerca de firmar el 2-0 en una acción de estrategia en la que su testarazo no vio puerta por poco. Llegó el segundo tanto del equipo rojillo en otra concesión del Alba, que cometió por medio de Julio Alonso un penalti evitable sobre Javi Martón. Carlos Martín transformó la pena máxima y acercó al cuadro de Lisci al triunfo.

Los cambios mejoraron las prestaciones de un Albacete que pudo meterse en el encuentro si Pedro Benito, uno de los recambios de Rubén Albés, hubiera atinado a mandar entre los tres palos un balón suelto. O si Quiles hubiese acomodado en las mallas un remate de cabeza. Sin embargo, los pupilos de Lisci llegaron a la recta final sin agobios excesivos e incluso pudieron apuntalar la victoria con un nuevo gol, ya que Álvaro Sanz, en el tiempo de prolongación, perdonó uno de esos remates en los que parece más sencillo marcar que fallar.

Sin apenas tiempo para celebraciones, el Mirandés cerrará el año competitivo en Elche el martes.

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