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Los más pequeños también corren
La Chiquimaratón, el preludio de la IV Maratón de Burgos, transforma el paseo de la Sierra de Atapuerca en una pista de atletismo
Los más pequeños de la casa aún son jóvenes para correr una maratón. Los atletas que corren esta prueba, una de las más conocidas del atletismo, tienen que afrontar un recorrido de 42,195 kilómetros, una distancia imposible para niños. Pero los organizadores de la cuarta edición de Maratón de Burgos no se han olvidado de ellos.
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Mientras se han entregado los dorsales de la maratón de este domingo, los atletas menores de diez años han participado esta tarde en la Chiquimaratón, una divertida prueba que ha transformado el paseo de la Sierra de Atapuerca en una pista de atletismo. Los pequeños han corrido una serie corta (el circuito no llegaba a los 100 metros), pero han derrochado ganas e ilusión. La actividad no era competitiva, sin embargo han disputado los puestos como si fuera una carrera oficial.
Al final, todos los corredores han recibido una medalla por su participación y han podido subir al podio a divertirse. Algunos, con una sonrisa de oreja a oreja, ha posado junto a sus amigos y otros han emulado a sus ídolos mordiendo la presea. Ha sido, sin duda, un bonito preludio para la prueba de mañana.
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