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El patriarca ecuménico de Constantinopla firma la independencia de la iglesia ucraniana, este sábado, en la catedral de San Jorge. REUTERS
La Iglesia ortodoxa ucraniana se independiza definitivamente de Moscú

La Iglesia ortodoxa ucraniana se independiza definitivamente de Moscú

El patriarca ecuménico de Constantinopla sella en Estambul la separación de ambas iglesias, una decisión que ha irritado al Kremlin

r. m. mañueco

Corresponsal. Moscú

Sábado, 5 de enero 2019, 23:34

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Tras un proceso que arrancó el pasado mes de octubre y que ha agravado todavía más la confrontación entre Rusia y Ucrania, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, selló este sábado en Estambul, en la catedral de San Jorge, la separación de las iglesias ucraniana y rusa. La primera se convierte así en la decimoquinta iglesia ortodoxa autocéfala y se independiza definitivamente del Patriarcado de Moscú, decisión que ha levantado ampollas en el Kremlin.

Bartolomé firmó el 'tomos' (decreto), un pergamino escrito en griego, que ratifica el carácter independiente que tendrá a partir de ahora la Iglesia ortodoxa ucraniana. En esta solemne ceremonia estuvieron presentes el nuevo patriarca ucraniano, Epifanio, el presidente del país, Petro Poroshenko, su esposa Marina y otros altos dignatarios, entre ellos el expresidente Víctor Yúshenko. Poroshenko escribió en Twitter que «es un acontecimiento histórico y un gran día porque hemos podido escuchar una oración en ucraniano en la catedral de San Jorge».

El pasado mes de octubre, en medio de duras críticas y ataques de las autoridades políticas y religiosas rusas, Bartolomé revocó el 'tomos' de 1686, que supeditaba la Iglesia ortodoxa ucraniana al Patriarcado de Moscú. Tal medida provocó la ruptura entre la Iglesia ortodoxa rusa y Constantinopla, cuyo patriarca, pese a su diminuta feligresía, es considerado el líder espiritual de todo el mundo ortodoxo.

Después, el pasado 15 de diciembre, se reunió en Kiev, en la catedral de Santa Sofía, un concilio que aprobó la creación de una iglesia ortodoxa autocéfala y puso al frente a Epifanio, de 39 años de edad. Al cónclave no acudieron los prelados ucranianos que se mantienen leales al Patriarcado de Moscú por considerarlo una reunión «ilegal». Esta rama eclesiástica ha perdido muchos fieles tras la anexión de Crimea por Rusia y la guerra en el este de Ucrania, pero se mantiene fuerte y con el apoyo de Moscú. Han denunciado una supuesta persecución por parte de la Iglesia ortodoxa ucraniana y las autoridades de Kiev y hasta amenazas de grupos ultranacionalistas ucranianos.

El patriarca ruso, Kiril, ha alertado sobre un posible conflicto religioso entre ortodoxos ucranianos y rusos, ha invalidado el concilio celebrado en Kiev y ha dejado claro que la Iglesia ortodoxa rusa es la más numerosa. Tiene más fieles que todas las demás juntas y, según él, más influencia internacional, algo que no ha servido para disuadir a Bartolomé de que renunciara al paso dado este sábado en Constantinopla.

Kiril ve motivación política en este «cisma», y también cree que detrás se encuentra la mano de Estados Unidos. A su juicio, Washington «actúa en Ucrania para romper los últimos lazos que unen a estos dos pueblos, los espirituales».

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