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Zona conocida como Parque del Río, un punto de encuentro de la localidad. Fotografías de José Carlos Díez

Un refugio entre pinares y robledales en Mantinos

La localidad, situada al norte de Palencia, alberga tesoros naturales, múltiples tradiciones y una vida vecinal que hace posible que el pueblo se mantenga muy vivo

Lara Arias

Martes, 24 de junio 2025, 20:00

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Rodeado de pinares y acompañado por el rumor tranquilo del río Carrión, la localidad de Mantinos, en el norte de la provincia de Palencia, se revela como un destino acogedor y genuino para quienes buscan un lugar cargado de autenticidad rural.

El entorno natural de Mantinos es uno de sus principales atractivos. El Parque del Río es punto de encuentro habitual para familias que desean pasar un día al aire libre, bien sea pescando o disfrutando de una comida campestre bajo los árboles. Desde allí, se puede improvisar una ruta entre robledales y pinares que rodean el municipio, ideales para pasear o adentrarse en el silencio del monte. Una localización que tiene múltiples usos sociales y para aficionados a determinadas actividades como la pesca. Aun así, el aire puro, la sombra de los árboles y el paisaje en calma lo convierten en un rincón perfecto para desconectar.

El patrimonio monumental de Mantinos también merece una visita. La iglesia de San Andrés, patrón del pueblo, fue construida en 1777 sobre restos anteriores, algunos de los cuales se reaprovecharon para levantar la actual torre. Su interior, de una sola nave, alberga un rico patrimonio escultórico: una Santa Águeda del siglo XVIII, un retablo mayor de estilo salomónico con las figuras de San Pedro y San Pablo, y una destacada escultura de San Andrés del siglo XVII. Este templo, más allá de su valor histórico y artístico, es punto de reunión durante las celebraciones religiosas y mantiene vivo el pulso espiritual del pueblo.

Entre los siglos XIII y XV formaba parte del arciprestazgo de Triollo y de la diócesis de León y entre su patrimonio también se encuentra una casa solariega perteneciente a los Santos Bullón.

Espacios comunes

La vida social de Mantinos gira en torno a varios espacios comunes. Uno de ellos es el teleclub, actualmente en proceso de reforma para adaptarse a las nuevas necesidades del pueblo. La intención es dotarlo de una cocina que permita ofrecer meriendas y comidas, tanto a los vecinos como a quienes se acerquen al municipio. Se busca así recuperar y reforzar un espacio clave para la convivencia. En palabras del propio alcalde, Miguel Rodríguez Sánchez, «el teleclub es el lugar donde se hace la vida, donde la gente se encuentra». Esta frase también resume el espíritu comunitario que impregna este rincón de Mantinos y algo que, en definitiva, caracteriza a este pueblo y a sus vecinos.

Otro lugar importante es la nave multiusos, que cobra especial protagonismo durante las fiestas y celebraciones del pueblo. Aquí se organizan cenas populares y eventos que refuerzan la unión entre los habitantes de la localidad. Porque si algo define a Mantinos es la implicación de su gente. «La colaboración vecinal es el mayor orgullo del pueblo», asegura el regidor, quien añade: «No solo en fiestas, sino en todo lo que se hace: cada actividad, cada mejora, cuenta con el apoyo de todos.

Sus fiestas patronales

Durante el verano, Mantinos se transforma. La población se triplica con el regreso de muchos descendientes del pueblo y la visita de vecinos de localidades cercanas. Las fiestas patronales, que se celebran el fin de semana siguiente al 15 de agosto, se han convertido en el gran acontecimiento del año. Comienzan con un pregón y un homenaje a los mayores, y continúan con verbenas, juegos populares, concursos, y la ya tradicional 'pancetada', una merienda popular que reúne a todos los vecinos en un ambiente festivo.

'Patatada' fin de fiestas en la nave multiusos de la localidad.
Iglesia de San Andrés.
Una de las calles del pueblo.

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El lunes, último día de fiestas, llega uno de los momentos más esperados: la patatada. Esta cena multitudinaria, basada en un guiso de patatas con costilla, es organizada por las mujeres del pueblo, que pelan y preparan entre 500 y 600 raciones para dar de cenar a todos los asistentes en la nave multiusos. Se trata de una tradición que ha perdurado en el tiempo y que simboliza como pocas el espíritu generoso y colaborativo de Mantinos.

Actividades todo el año

Además, a lo largo del año se celebran otras actividades que mantienen viva la cultura local como son las representaciones de la matanza, las salidas con los pendones, ollas ferroviarias, encuentros culturales… Siempre con la implicación de vecinos y asociaciones, que no dudan en participar para que el pueblo siga vivo.

Mantinos puede que no esté en las grandes guías turísticas, pero quienes lo conocen saben que aquí hay algo más profundo: un sentido de pertenencia, de comunidad, de tradición compartida que se mantiene y se siente en cada actividad o rincón. Es un lugar perfecto para redescubrir el valor de lo sencillo, de lo auténtico.

Lino y yacimientos de oro

La ubicación de Mantinos se puede considerar como privilegiada pues los primeros compases del río Carrión crean dos espacios bien diferenciados: la vega fértil y el páramo, cualquiera de ellos, ideal para disfrutar de bellos paisajes y dejar volar la imaginación. Si se echa la vista atrás, se debe hacer mención a que Mantinos fue una de las localidades con mayor producción de lino de la Península Ibérica y tampoco se puede olvidar que en este municipio se pueden encontrar varios yacimientos de oro de la época romana.

Miguel Rodríguez, alcalde: Lo construimos entre todos

Miguel Rodríguez Sánchez.

En Mantinos siempre hemos tenido muy claro que lo que hace grande a un pueblo no es solo su historia ni su paisaje ni siquiera su patrimonio. Lo que de verdad da vida a un lugar es su gente. Y si algo define a los vecinos de Mantinos es la implicación, la colaboración y el orgullo de pertenencia.

En verano, este espíritu se hace más visible que nunca. Nuestra población se multiplica por tres, gracias al regreso de muchos descendientes del pueblo y la visita de vecinos de localidades cercanas. Es entonces cuando celebramos nuestras fiestas patronales, en concreto, el fin de semana siguiente al 15 de agosto. Aunque nuestro patrón es San Andrés, cuya festividad se celebra el 30 de noviembre, decidimos trasladar los festejos al verano, buscando un momento en el que todos puedan participar. Y ahí se han quedado nuestras fiestas patronales, convirtiéndose en la cita más esperada del año para todos nosotros.

Las fiestas arrancan con un pequeño pregón y un emotivo homenaje a nuestros mayores, un gesto de respeto y agradecimiento que nunca puede faltar en este inicio festivo. Después, llega la tradicional 'pancetada', una merienda popular en la que todos compartimos mesa y conversación. Quiero poner en valor que la implicación vecinal es total: cada detalle, cada actividad, cuenta con la ayuda y la ilusión de los mantinenses. Sin ellos, nada sería posible.

Pero en Mantinos no solo nos unimos para celebrar. A lo largo del año también organizamos otras actividades que refuerzan nuestros lazos y entre las que se incluyen: la representación de la matanza, las ollas ferroviarias, encuentros culturales o las salidas con los pendones.

Incluso, contamos con iniciativas como el programa A Huebra, donde vecinos de todas las edades colaboran en tareas de limpieza y mejora del entorno. Se trabaja por la mañana y, cómo no, se termina con una comida de hermandad. Porque aquí lo que de verdad importa no es solo el resultado, sino compartir el camino entre todos los participantes.

También quiero destacar el papel que desempeña el teleclub y la plaza del Ayuntamiento, donde se hace la vida diaria del pueblo. Estamos en proceso de reformarlo para que pueda adaptarse a las nuevas necesidades. Porque entendemos que estos espacios son el corazón de la convivencia de nuestros vecinos, donde se encuentran quienes de otro modo quizás no saldrían de casa.

Gracias a todos los vecinos y las vecinas de Mantinos por seguir haciendo pueblo, por mantener vivas nuestras tradiciones, y por demostrar que la verdadera riqueza de un lugar está en sus personas.

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