Paisajes de película: los enclaves de Burgos que forman parte de la historia del cine

Empieza agosto y gran parte de la población comienza a desplazarse de camino a las esperadas vacaciones de verano. Después de que el comienzo del año haya sido récord en nuestra provincia en cuanto a número de turistas se refiere, muchos visitantes llegarán ahora a disfrutar de Burgos. No solo los viajeros se fijan en nuestra geografía, sino que también lo hacen los escenógrafos que buscan paisajes acordes para sus películas.

Hasta la última mención al Museo de la Evolución y Atapuerca en «La huella del mal», existen diferentes parajes burgaleses que han aparecido en la gran pantalla. Desde la comarca de Las Loras hasta la Ribera del Duero, haciendo parada en Burgos, estos son algunos de los largometrajes que utilizan la provincia para su escenografía.

Principalmente Burgos es el origen de muchas de las recreaciones de episodios históricos de gran importancia en nuestro país debido a la trascendencia que tuvo durante la época medieval. Por eso encontramos diversas producciones que van dedicadas a personajes o momentos clave de la historia de España. Ejemplo de ello son el Cid, Juana la Loca o Antoni Benaiges, el maestro que impartió en Bañuelos de Bureba durante la Guerra Civil.

Para este tipo de obras se utilizan ubicaciones de gran trasfondo histórico. Este es el caso de diferentes zonas de la capital burgalesa, como la catedral, la plaza de Santa María o la calle Ferrán González, la comarca de Las Loras o Briviesca.

Otro de los géneros más comunes para los que se elige la provincia es el de las adaptaciones literarias. Hay ciertos personajes del papel que han dado el salto a la pantalla y lo han hecho en Burgos, como es el caso del Lazarillo de Tormes, el señor Cayo o el mismísimo Don Quijote. Para poder realizar estas obras, los cineastas se aprovecharon del mundo rural de la provincia, en zonas como Frías, Poza de la Sal o Peñaranda de Duero.

Aunque la que probablemente sea la película más famosa que se ha grabado en nuestra provincia no pertenece a ninguno de estos dos grupos. «El bueno, el feo y el malo» entra dentro de los westerns, al igual que «Las petroleras», filme que se grabó poco después. Ambas coinciden en una misma zona: la Sierra de la Demanda.

La zona de Salas de los Infantes no solo dio lugar a estas piezas de ficción. También dio un paso más allá para tratar una historia relacionada con los alienígenas en «El milagro de P. Tinto», la cual se grabó en La Revilla.

Finalmente, uno de los atractivos principales que atraen a los creadores audiovisuales es el Camino de Santiago. Piezas como «The Way» o «3 caminos» fueron grabadas a lo largo del camino del santo por la provincia de Burgos.

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