Hugo, de cuatro años, el ángel protagonista de la Semana Santa de Aranda
El pequeño ha sido elegido para la tradicional Bajada del Ángel del Domingo de Pascua. Un papel que ya desempeñó su abuelo y que recibe con ilusión
Será el protagonista indiscutible de la Semana Santa arandina. Tiene sólo cuatro años, cumplirá cinco el próximo mes de julio, y será el encargado de quitar el luto a la Virgen para anunciarle la resurrección de su hijo el Domingo de Pascual, frente a la imponente fachada de la iglesia de Santa María.
Se llama, Hugo Saeta Castrillo, cofrade de Las Candelas desde que nació, y continúa así el legado de una tradición familiar en la tradicional Bajada del Ángel de Aranda.
Su abuelo ya hizo de 'angelito' en dos ocasiones en los años 1962 y 1963, siendo incluso protagonista del reportaje emitido por el entonces NODO. Su padre, Iván, también quiso desempeñar ese papel, pero finalmente no llego a cumplirlo. «Quería serlo, pero a mi madre le daba miedo y, entre comillas no me dejó, y no lo hice», recuerda el progenitor de Hugo. En el caso del pequeño, recuerda que, junto a su mujer, Vero, «cuando tuvimos a los niños, les apuntamos a ver si podían y querían hacer de ángel, ahora el mayor que es Hugo lo va a hacer y el pequeño ya veremos».
Iván desvela que, en esta ocasión, había tres candidatos para asumir esa figura. «Ahora hay muchos niños, antes costaba más. La intención es que lo terminen haciendo los tres, pero había que elegir a uno. Hay unos criterios a seguir para seleccionar como los primeros que se hayan apuntado, los que tengan más familiares en la Cofradía y, por eso, se le selecciono», detalla.
El pequeño, según confiesa, está muy contento y «sabe lo que tiene que hacer». Al respecto, Iván precisa que ha tenido la suerte de completar los dos ensayos de la Cofradía en el último mes, aunque revela que también «desde después de Navidad ha estado un par de días a la semana practicando».
Historia de una representación singular
La Bajada del Ángel es una representación singular que se ha conservado en muy pocos lugares del país, lo que la hace cobrar especial interés. En otros tiempos, era un acto más generalizado, que fue desapareciendo paulatinamente y ha pervivido en Aranda de Duero, en Peñafiel (Valladolid) y en Tudela (Navarra). En el caso de Aranda, marca su singularidad, la espectacular fachada de la Iglesia de Santa María, escenario del que sale el huevo que porta al Ángel. El historiador local, Fernando Lázaro, en un estudio sobre esta tradición arandina determina que en su día nació como «una representación de carácter religioso popular, para favorecer el acercamiento de creyentes a actos de culto». En esta línea, «a través de los sentidos se llegaba mejor a los sentimientos de los creyentes, provocando una vivencia apasionada del momento, logrando una fuerza emocional que atraía a los fieles», recoge. Conocer el origen de la representación en Aranda resulta controvertido, hay diversidad de artículos en los que se remonta su escenificación a la época medieval, otros lo datan dentro de las escenificaciones teatrales de carácter religiosos de la época barroca. La falta de documentación al respecto puede estar basada en la prohibición de este tipo de funciones en el siglo XVIII, para retomarse con fuerza de nuevo a principios del siglo XIX. En 2020 a causa de la pandemia de la covid, Aranda no vivió su Bajada del Ángel, una cancelación que no ocurría desde hacía 80 años.
Respecto a si a la abuela del pequeño le sigue dando miedo el descenso del pequeño desde las alturas, su hijo tiene la contestación: «Dice que no, que ahora hay más sistemas de seguridad, que es verdad». En cualquier caso, Iván recuerda que «yo soy el que tira de la cuerda del globo del que sale el ángel este año, el anterior y los últimos años, y siempre ha sido seguro».
Este domingo, la Bajada del Ángel de Aranda presenta también una novedad, ya que se podrá seguir en directo a través de una pantalla gigante que colocará la Concejalía de Turismo en la plaza del Trigo. El objetivo es facilitar el acceso y garantizar la seguridad, permitiendo que un mayor número de personas puedan seguir el acto en condiciones óptimas de visibilidad y comodidad.