274 burgalesas cuentan con medidas de protección por violencia de género

Con el paso de los años, el 8 de marzo se ha convertido en un símbolo de la lucha feminista, en la que convergen diferentes factores, experiencias y puntos de vista en torno al empoderamiento femenino, pero que siempre mantiene una significación especial sobre la lucha contra la violencia de la mujer. Y es que, más allá de polémicas y debates, los datos son evidentes y demuestran que se trata de una lacra aún por superar.

Así lo ratifican los asesinatos de Monika Asenova y Josefa Santos, las dos mujeres asesinadas por sus parejas en Burgos durante el pasado año. La primera, una vecina de Salas de los Infantes que el 8 de julio era acuchillada en el domicilio familiar por su marido, que posteriormente se entregó a la Guardia Civil. La segunda, una burgalesa residente en Villagonzalo Pedernales que a finales de ese mismo mes recibió un disparo por parte de su marido antes de que éste intentara matar también a su hijo y se suicidara.

Pero más allá de los casos de Monika y Josefa, los últimos datos consolidados demuestran un repunte en las denuncias y las medidas de protección por casos de violencia de género en la provincia, donde a finales del pasado mes de enero se contaba con 581 casos abiertos y 274 mujeres con medidas de protección.

Se trata de una cifra superior a la que tradicionalmente se venía acumulando en el tercer trimestre, y deriva directamente del incremento en las denuncias, que entre enero y septiembre se dispararon un 10% respecto a los datos del mismo periodo de 2018 hasta contabilizar un total de 629. Se trata de una de las cifras más altas de las registradas hasta el tercer trimestre de los últimos años, y la proyección hasta final de año empuja la estadística y la sitúa por encima de los años más 'negros'.

Ahora mismo, 29 burgaleses cumplen condena por delitos vinculados a la violencia de género y otros 3 cuentan con dispositivos de seguimiento.

Algo muy similar ocurre con las órdenes de protección. Hasta septiembre del pasado ejercicio se incoaron en la provincia de Burgos un total de 193 órdenes de protección, de las que finalmente se aprobaron 184. En este caso, la proyección anual también sitúa la estadística por encima de la media de los últimos ejercicios, en los que se ha impulsado la lucha contra la violencia de género desde diferentes ámbitos.

Quizá, el mejor ejemplo sea el 016, convertido en una herramienta fundamental para la atención de potenciales víctimas. El servicio telefónico, de carácter gratuito y sin reflejo en la factura, acumula 5.553 llamadas desde que se puso en marcha en septiembre de 2007 en Burgos. La inmensa mayoría de las mismas (3.979) las realizan las propias usuarias del servicio, aunque los familiares y allegados también acuden al servicio de manera habitual (1.444 llamadas).

Fruto de este trabajo de prevención, 62 mujeres se encuentran activas en el servicio de atención y protección para víctimas de violencia de género (Atempro).