Andando Burgos aboga por un diseño que reduzca la velocidad frente a «llenar de luces» la ciudad
El Ayuntamiento va a recibir fondos europeos para la instalación de 50 pasos de peatones dinámico y/o inteligentes, una medida que por sí sola no mejora la seguridad vial
Las áreas de Tráfico y Seguridad Ciudadana están apostando por pasos de peatones elevados, dinámicos e inteligentes para mejorar la seguridad vial en Burgos. Se han instalado en puntos como Alcalde Martín Cobos, Avenida de Cantabria, Puente Castilla o Avenida de la Independencia, y se hará en otros muchos puntos de la ciudad.
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De hecho, el Ayuntamiento acaba de conseguir fondos europeos por valor de 5,7 millones de euros para diferentes tipos de actuaciones, entre ellas, el refuerzo de la señalización en pasos de peatones. Recibirán 1,8 millones para instalar medio centanar de pasos inteligentes y/o dinámicos, una solución que no acaba de convencer a todos.
En la teoría, si un paso de peatones se ilumina cuando pasa un peatón (o un ciclista o patinete, si hay carril bici), eso debería alertar al conductor. Pero Andando Burgos tiene sus dudas, pues si «llenamos la ciudad de luces» se puede conseguir el efecto contrario, que el conductor se acostumbre o que no vea los pasos que no tienen iluminación especial.
Félix Martínez, el presidente de Andando Burgos, insiste en que no se puede fiar todo a la tecnología y defiende un diseño urbano que reduzca la velocidad y facilite los desplazamientos del peatón. Solo así se mejorará la seguridad vial, pues la verdadera filosofía del calmado de tráfico es que haya menos coches en la ciudad y que vayan más despacio.
Inversiones más pequeñas y variadas
Andando Burgos cree que son más efectivos los pasos de peatones elevados, porque obligan a bajar la velocidad, que aquellos que solo cuentan con iluminación de aviso. Y reclaman esa inversión en diseño, con medidas y actuaciones pequeñas pero mucho más efectivas en todos los barrios, que serán también menos costosas que esos 50 pasos.
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Mejorar las conexiones de los cruces para los peatones; hacer pasos de cebra más cortos; ampliar los tiempos en verde para el cruce peatonal; aceras continuas; plataformas únicas; carriles a 30km/h o incluso a 20km/h, implementando más calles residencias (que es posible prácticamente en todos los barrios); evitar largas calles en línea recta que favorecen la velocidad... son algunas de esas medidas.
Pero siempre implementadas con sentido común. El problema siempre acaba siendo el diseño, apunta Martínez. Así parece que ha ocurrido en la peatonalización del Arco de San Martín, donde se ha diseñado una plataforma única, se han puesto los badenes, las señales de zona residencial y, aún así, no se respeta la prioridad al peatón.
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Y la razón no es otra que el diseño, insiste Martínez, pues se ha optado por una pavimentación que parece delimitar calzada y acera, señalizando de tal modo el Camino de Santiago que parece el paso peatonal de la vía, cuando toda la zona es de preferencia peatonal y ciclista. Lo mismo puede ocurrir, lamenta Martínez, en San Julián.
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