Las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Burgos denuncian de nuevo mermas en la plantilla

Las trabajadoras sociales de base del Ayuntamiento de Burgos vuelven a pedir que se respete su trabajo, se cubran bajas, se ponga en funcionamiento la bolsa de empleo, se materialice el proceso de estabilización o se forme a estas trabajadoras en la administración electrónica.

Las reivindicaciones no son nuevas. Hace menos de un año las trabajadoras sociales se movilizaron llegando a convocar una huelga para exponer su malestar. Se quejaban entonces de «falta de sensibilidad» hacia las necesidades de la ciudadanía, hacia el reconocimiento de la profesión y el cuidado del cuidador.

Ahora, vuelven a expresar su enfado con las circunstancias laborales que sufren y la respuesta nula dada por el Ayuntamiento de Burgos para mejorar su situación y, con ello, el servicio prestado a la ciudadanía. En su momento, las concejalas de Burgos Nuria Barrio y Sonia Rodríguez afirmaron que se habían cumplido todos los compromisos y veían «inexplicable» el parón laboral.

Aseguran las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Burgos que, desde el 24 de febrero de 2023, la plaza de la trabajadora social del CEAS de Río Vena está sin cubrir, «con una previsión de baja de media larga duración desde sus inicios».

Añaden que, a fecha del 1 de abril, se ha dado cobertura a la plaza de jefe de Área de Cooperación e Inmigración, una plaza que «ha estado, al menos, seis meses sin cubrir», aseguran. «Esto ha supuesto que quede descubierta la plaza de trabajo social del CEAS Gamonal Las Torres. Quedando relegada a un segundo plano de nuevo la atención al ciudadano», lamentan las trabajadoras sociales.

Por otro lado, explican su preocupación porque varias compañeras contratadas por acuerdo marco terminarán su contrato el 30 de junio de 2023 y todavía no tienen la certeza de su renovación. Consideran que esta renovación es necesaria «para no dejar los Servicios Sociales municipales sin una cobertura que sería devastadora para una parte muy importante y vulnerable de la población de la ciudad de Burgos».

Además de la situación actual, las trabajadoras sociales recuerdan que el Ayuntamiento sigue sin cumplir algunos de los compromisos que asumieron cuando la plantilla amenazó con la huelga. El año pasado se convocó una bolsa de empleo tras las movilizaciones para dar cobertura a las bajas. Aseguran que, a fecha de hoy, esta bolsa sigue sin estar operativa.

Igualmente, denuncian que el proceso de estabilización de cinco trabajadoras sociales todavía no se materializado, «igual que para el resto de departamentos del Ayuntamiento de Burgos», sentencian. «Este proceso de estabilización no se ha materializado ni se han convocado para darles cobertura y estabilidad las otras tres plazas incluidas en la relación de puestos de trabajo o las dos vacantes modificadas de asistente social a trabajadoras sociales, prolongándose la temporización de un tercio de la plantilla», relatan.

Por último, exigen formación de cara a la puesta en marcha de la administración electrónica. Aseguran que esto se está materializando «sin formación ni información previa a la trabajadoras sociales de Servicios Sociales Básicos. Hay expedientes atascados en la nube que no sabemos cuánto tardarán en ver la luz debido a la falta de previsión y anticipación de las medidas oportunas».

Las trabajadoras sociales recuerdan que su situación laboral genera «ciudadanos de primera y de segunda». Pero también trabajo acumulado, «estrés añadido para las compañeras que están de baja y que saben que a su regreso el volumen de trabajo ser verá incrementado». También advierten del incremento de los factores de riesgo psicosocial para la trabajadora social al ser la cara visible frente a las personas más vulnerables.

Por todo ello, las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Burgos vuelven a apelar a la responsabilidad de quienes toman las decisiones, «de quienes son los gestores de los recursos públicos que se cubren con los impuestos de la ciudadanía, tanto a nivel local como autonómico».

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