Los burgaleses buscan décimos manchados por la DANA para el sorteo de Navidad

El sorteo de la Lotería de Navidad está a la vuelta de la esquina. Un sorteo que gusta a los burgaleses y que cada año deja curiosas anécdotas. «La venta de Navidad va bastante bien», reconoce Ángel Álvarez, delegado de Loterías y Apuestas del Estado en Burgos, al tiempo que asegura que casi todas las anécdotas «están centralizadas en que la gente quiere lotería de Valencia».

La DANA que arrasó con algunos municipios de Valencia el 29 de octubre de 2024 se ha convertido en la fecha fetiche de este año para el sorteo. Pero la superstición de los burgaleses va más allá: «Los burgaleses quieren números que estén consignados en Valencia y que se puedan conseguir por máquina».

«Hay una administración en Valencia que tiene mucha relación con una de Aranda de Duero y todos los años intercambian décimos y siempre pone en el mostrador 'Lotería de Valencia' y todos los años intercambia lotería con Valencia y el otro día me comentaba «este año he vendido más lotería de Valencia que de la mía», tal es la fiebre por conseguir la lotería de allí», indica Ángel desde Burgos.

Pero la búsqueda de décimos de Valencia va más allá: «El otro día una mujer vino a preguntarme si le podía conseguir unos décimos de Valencia pero manchados de barro. La administración donde estaba consignado el 02910 ha descolgado el teléfono porque hace semanas que se ha agotado y no dejan de llamarle para preguntar».

Aunque el 02910 es un número de esos que se denominan «feos», porque es «un número bajo que acaba en cero» la lotera que lo ha vendido está segura de que «habría vendido cinco veces más» de haber podido.

«Las terminaciones impares (3-5-7) son las que siempre se buscan. Ahora si miras por la máquina y buscas una terminación en cinco te sale el 55555, números que se desechan. Un número bonito y que tenga una interminación impar ya es muy difícil», indica.

Y aunque las creencias, supersticiones y demás sortilegios clasifiquen los números en bonitos y feos, lo cierto es que todas las bolas tienen las mismas posibilidades resultar agraciadas con el premio gordo.

«Las bolas, los 100.000 números, y los premios, están hechas de boj, y hay una persona encargada en Madrid que desde que acaba el sorteo hasta que comienza el siguiente se encarga de limpiar las bolas, para que todas estén en las mismas condiciones. Además, las bolas están marcadas con láser y la Junta Superior de Control de Juegos hacen auditorías para pesar de manera aleatoria las bolas para que todas pesen lo mismo. La gravedad que ejercen las bolas en el bombo podría hacer que algunas saliesen antes si pesaran más», explica.

De esta forma, no es posible que haya ningún tipo de «manipulación» en el sorteo. «La gente es muy suspicaz, porque piensan que los números más largos pesan más y por eso caen. Lo mismo con los premios. Pero la realidad es que todas las bolas pesan igual», insiste.

Además, para completar toda este control, todas las bolas que sufren algún golpecito durante el sorteo se cambian por otras que cumplan con todos los estándares: misma madera, mismo grabado, mismo peso. «La gente puede creer que existen manos ocultas que deciden cosas en el sorteo, pero no es así».

Este año no existe ninguna fecha especial en la ciudad o provincia por la que los burgaleses hayan preguntado con especial ahínco. Si en otros años la fecha de incendios o sucesos copaban las peticiones, este año no hay ningún número especialmente burgalés.

«Hay una administración de loterías en la calle Santiago cuyo código postal es 09007 y que para venderlo en Navidad lo ha tenido que solicitar semanalmente. Es un número relativamente feo, pero vende el código postal del barrio y tiene un éxito increíble», afirma.

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