La historia del Morito de Burgos, punto de encuentro de varias generaciones
El reloj del Teatro Principal llama la atención a los visitantes de la capital y forma parte de la tradición de los burgaleses
Natalia Saéz Ursúa
Burgos
Lunes, 7 de agosto 2023, 07:36
En el Edificio del Teatro Principal de Burgos, más en concreto en su fachada, nos encontramos al conocido «Morito» subido sobre un reloj bifaz desde 1887. Este citado reloj se ha convertido en un punto de encuentro y cita obligatoria de varias generaciones de burgaleses.
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Justo en la parte superior se encuentra el «Morito» un niño con gran puntualidad y exactitud, a golpe de carillón, marca a todos vecinos y a todo aquel que le visita los cuartos de cada hora y las enteras.
Origen de «El Morito»
En el pueblo de Quintaortuño existió una familia dedicada a la fundición de campanas. Lesmes Villanueva, fue el precursor de esta empresa y en 1840 ya era conocido como maestro relojero especializado en la construcción de relojes de torre con patente propia.
Tan famoso era que llegó a ser la segunda empresa de toda España en su género, en la que llegó ha instalar más de cien relojes, tanto en nuestro país como en el extranjero.
Esta compañía pasó a su hijo, Manuel Villanueva, que se trasladó a Burgos y patentó un sistema regulador que conseguía mayor exactitud en los relojes de torre.
Y es en este momento, en 1887, cuando instaló en los bajos del edificio del Teatro Principal, como reclamo de su negocio, un reloj de dos esferas rematado por un pequeño niño al que pronto los burgaleses darían el nombre de «El Morito».
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Desde emtonces vigila la fachada del Teatro Principal y el paseo y no pasa desapercibido para los muchos visitantes de la capital que enseguida reparan en esta curiosa figura y se preguntan por su origen. Para los burgaleses es una figura emblemática de las muchas que decoran el centro de la ciudad.
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