«Nos han llevado a la ruina»: la asociación de Burgos que cierra tras 25 años por los 43.000 euros que les debe el Ayuntamiento
La entidad, dedicada a acompañar a jóvenes y familias en situación de vulnerabilidad, denuncia que se les deben facturas desde enero por servicios que han prestado dentro de un programa municipal. Los encontronazos se prolongan años y sospechan de maniobras para privatizar la actividad
La fortaleza de una ciudad reside en su tejido asociativo y la ciudad de Burgos acaba de perder una asociación que en 2026 cumpliría ya 25 años. Se trata de Saltando Charcos. La asociación no ha abierto sus puertas este mes de septiembre debido a la falta de presupuesto. Acusan al Ayuntamiento de Burgos de «llevar a la quiebra a la asociación por el impago de los servicios prestados para el programa municipal Construyendo mi futuro. Se deben a la asociación 43.000 euros», aseguran desde Saltando Charcos.
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Desde el año 2001, esta asociación, ubicada en el barrio de Gamonal, se ha encargado de apoyar a jóvenes, menores y sus familias en situación de vulnerabilidad. Cuando se habla de prestar los servicios sociales a pie de calle, en contacto con la gente, se habla de Saltando Charcos. Literalmente. La sede, cuyas puertas no se pueden abrir por falta de fondos para afrontar el funcionamiento, se encuentra en un local a pie de calle en la barriada Inmaculada.
Desde aquí se ha consolidado como un referente comunitario. Ha combinado acompañamiento social, actividades educativas y de ocio, así como orientación para la inserción social y laboral de los jóvenes. Cuando hablamos con Óscar Caballero, educador social de Saltando Charcos, las puertas de la sede están abiertas. La perra, que también sirve de apoyo a los jóvenes que aquí acuden, se pasea por el local. Entra la luz de la calle y pasan los vecinos. Un ambiente de cercanía para afrontar los problemas de jóvenes que han encontrado aquí un espacio de confianza y apoyo mutuo. Un espacio que desaparece. «No esperábamos que esta labor que llevamos desarrollando tantos años acabara así, que nos iba a arruinar el Ayuntamiento», afirma Caballero.
La situación actual
«Dependiendo de periodos ha habido retrasos de pagos que hemos ido asumiendo como hemos podido. Pero 43.000 euros para una asociación tan pequeñita es insostenible. Ahora estamos en situación de ruina. Todo el dinero que había en Saltando Charcos para otros programas se ha ido invirtiendo en Construyendo mi futuro, pero, por el retraso en los pagos del Ayuntamiento, se ha comido todos los fondos. Desde diciembre de 2024 técnicos y políticos del Consistorio nos han ido diciendo que nos iban a pagar, pero, en realidad, nos deben todo el trabajo prestado en 2025», explica Caballero.
«Nos han ido diciendo que nos iban a pagar, pero, en realidad, nos deben todo el trabajo prestado en 2025»
Óscar Caballero
Educador social de Saltando Charcos
Desde marzo de 2023 el programa municipal Construyendo mi futuro se venía prestando por la asociación Saltando Charcos sin contrato formal, ya que el pliego quedó desierto. Se abonaban los pagos por parte del Ayuntamiento mediante reconocimientos extrajudiciales de crédito.
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El contexto
Saltando Charcos venía desarrollando el programa Construyendo mi futuro desde hace años mediante un contrato formal con el Ayuntamiento. Fue en marzo de 2023 cuando empezó a funcionar sin contrato formal. La asociación pidió una prórroga del contrato, porque ya había desarrollado los dos primeros y podía optar a una prórroga de 1+1. El Consistorio de Burgos no tramita la prórroga y tampoco se avisa a la entidad. Empiezan a acumularse los impagos del Ayuntamiento. Fue ahí cuando Saltando Charcos, al ir a reclamar esos pagos, se entera de que no hay contrato y de que en el Ayuntamiento nadie sabe que prestan el servicio. En octubre de 2024 el Ayuntamiento volvió a sacar el pliego, pero quedó desierto. Saltando Charcos no se presentó al concurso después de analizar las condiciones del mismo. «Desajuste entre objetivos y la realidad social, perfil de los destinatarios mal definido, condiciones laborales insuficientes, dotación económica limitada, falta de recursos públicos garantizados, ausencia de coordinación interinstitucional, modelo de evaluación desactualizado y falta de interlocución con el Ayuntamiento», estos son los motivos por los que la asociación no se presentó al pliego. «Lo que parece es que quieren privatizar el servicio, pero esto no es rentable para una empresa», apunta Caballero. Se explicaron al Ayuntamiento estos motivos mediante un informe, «pero en ningún momento se promovió un proceso participativo para escucharnos después de la experiencia que tenemos», denuncian.
«Cada vez nos decían una cosa»
Tras esto, hasta julio de 2025, Saltando Charcos ha seguido prestando el servicio mediante los reconocimientos extrajudiciales de crédito, una figura excepcional que debería utilizarse de manera puntual. Algo que con esta entidad se ha convertido en la regla.
«Nosotros hemos presentado las facturas y las memorias, el Ayuntamiento nos las ha cogido, pero no las abona. Habíamos tenido periodos de tres meses sin cobrar, pero es que ahora acumulamos ocho meses. La situación se volvió crítica e insostenible», asegura este educador social.
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En mayo de 2025, después de no conseguir ningún movimiento por parte del Ayuntamiento y siendo incapaces de acumular más deuda, Saltando Charcos plantea la finalización del programa a los técnicos y políticos municipales.
«Cada vez nos decían una cosa, que nos iban a pagar, que era problema jurídico. Luego que no, que era otro tipo de problema, pero que nos iban a pagar. Nos hemos reunido con concejales, con técnicos. Todo el mundo nos dice que lo van a solucionar y nadie lo hace», recuerda Caballero.
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«Nos hemos reunido con concejales, con técnicos. Todo el mundo nos dice que lo van a solucionar y nadie lo hace»
Óscar Caballero
Educador social en Saltando Charcos
Desde el Ayuntamiento les propusieron que pidieran un crédito para prestar un servicio municipal que ellos no estaban abonando. Un crédito que es nominal y conlleva intereses. Se negaron.
Qué piensa la asociación
Caballero tiene bastante claro que se busca privatizar, tras salud y educación, un nuevo aspecto más, los servicios sociales. «Los pliegos que fueron sacando para el contrato estaban orientados a empresas, pero esto no es rentable, aquí obtener beneficios, que es lo que busca una empresa es difícil. Además, están buscando beneficios de las desgracias humanas, es miserable», añade.
Pero Óscar sigue queriendo creer que esta situación se debe a «la incompetencia del Ayuntamiento». Reconoce que quiere creer que es una cuestión «de no saber hacer bien las cosas, de no estar coordinados técnicos y políticos, algo bastante patético. Pero otra gente de Saltando Charcos es más susceptible a pensar que desde que llegaron PP y Vox a Saltando Charcos le ha empezado a ir peor», reconoce.
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Cómo ha afectado a la asociación
Después de una acampada y salidas programadas desde invierno con 76 chavales, algo que se ha hecho este verano, Saltando Charcos cesó el programa Construyendo mi futuro, y se vio obligada a concluir su actividad el 31 de julio. «No podemos hacer frente a los pagos de seguros sociales, IRPF, gastos de personal, luz, agua…», explican. A pesar de que la entidad ha estado adelantando dinero para sufragar los gastos generados desde enero a julio de 2025.
«Llevamos sin cobrar la nómina dos meses y no hemos cobrado el finiquito. Estamos en el paro»
Óscar Caballero
Educador social en Saltando Charcos
Dois trabajadores han sido despedidos por causas económicas derivadas de los impagos del Ayuntamiento. «Llevamos sin cobrar la nómina dos meses y no hemos cobrado el finiquito. Estamos en el paro», reconoce Óscar. El personal afectado por el despido no ha cobrado las últimas mensualidades, ni han recibido las indemnizaciones a la espera del abono, o no, de las facturas pendientes.
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La intervención con jóvenes y sus familias ha finalizado, a pesar del esfuerzo sostenido durante estos meses. «Las condiciones se habían vuelto insostenibles a nivel económico, estructural y humano, haciendo imposible continuar la actividad», señalan.
Qué se paraliza
Saltando Charcos es una asociación clave y conocida en la ciudad, más allá de la escuela de boxeo que consiguieron sacar adelante y que seguirá funcionando porque es ya una entidad independiente. Se trata de una herramienta de intervención educativa y social con adolescentes en situación de vulnerabilidad. Ha trabajado con cientos de jóvenes promoviendo su resiliencia, desarrollo personal, integración social y participación comunitaria. En los últimos cuatro años se dieron de alta 76 jóvenes. En el primer semestre de 2025 había 50 jóvenes activos y a julio de este año eran 37. 37 chavales nacidos entre 2007 y 2013. Con los jóvenes se realizan actividades deportivas, de montaña, talleres creativos y de tendencias urbanas, se fomentan las habilidades sociales, la autoestima y la motivación personal. Desde hace años, el programa Promoviendo el futuro, desarrollado por Saltando Charcos, es una alternativa de ocio saludable e integración social en Gamonal.
El futuro más inmediato
El 80% del peso económico de la asociación procede de ahí, de estos fondos del Ayuntamiento que no llegan, así que es inviable su continuidad. Ya han empezado a comunicárselo a la ciudadanía. Van a hacer una charla con el barrio y con los colectivos y vecinos con los que llevan trabajando 25 años. «En esa asamblea vamos a tantear las fuerzas que tenemos y las ganas que tiene la gente de hacer cosas. Nos han llegado hasta a ofrecer dinero los vecinos, algo que hace que se te salten las lágrimas», reconoce Óscar.
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«No es justo que el Ayuntamiento se olvide de los barrios periféricos, que les dé igual los jóvenes porque sus prioridades son otras. Tenemos necesidades y ganas de hacer las cosas. Si quieren un pulso, lo echaremos»
Óscar Caballero
Educador social en Saltando Charcos
«Los chavales, en esa edad de rebeldía y valentía, lo que quieren es movilizarse, organizar protestas, pero vamos a ver el apoyo social», explica. «Pero si de esa asamblea vecinal surgen una serie de movilizaciones, las haremos. No es justo que el Ayuntamiento se olvide de los barrios periféricos, que les dé igual los jóvenes porque sus prioridades son otras. Tenemos necesidades y ganas de hacer las cosas. Si quieren un pulso, lo echaremos», asegura.
La vía legal
Este educador social lo tiene claro: «Si no nos pagan, terminaremos en un contencioso-administrativo. Nosotros tenemos registrado que, cada mes, hemos prestado un servicio. Ellos han recogido la factura y la memoria técnica y de actividades. Están reconociendo el servicio», afirma Óscar. «¿Qué tardamos dos años en cobrar porque vamos a juicio? Bueno, pero cobrar vamos a cobrar», sentencia.
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Lo que piden al Ayuntamiento, además, pensando en este servicio social, es que redacte los pliegos del programa de manera adecuada, incorporando las propuestas de mejora, que permita la continuidad del programa sin necesidad de concursar cada dos años. «El convenio debe responder a las necesidades reales de los jóvenes de Gamonal y garantizar que el barrio no se queda sin recursos socioeducativos esenciales. Externalizar o privatizar este servicio afectará en la calidad y en el dinero que llega para las actividades», explican desde Saltando Charcos.
Igualmente, exigen al Consistorio el pago inmediato de las facturas pendientes y la regularización de la deuda acumulada. «Sin estas medidas, la ciudad perderá un programa consolidado que ha transformado la vida de cientos de jóvenes y la asociación se verá forzada a cerrar definitivamente», concluyen.
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