«Este año me he portado muy bien»

Todos dicen que se han portado muy bien este año. Y, como manda la tradición, también exponen sus deseos. Muñecas, el último coche de Batman o una nueva videoconsola, sí, pero también que se acabe el hambre en el mundo o que no haya guerras.

Cientos de niños, acompañados de sus padres y abuelos, se agolpan estos días para entregar sus cartas a los emisarios de los Reyes Magos. Y Quimera, Nayakán y Amón, acompañados de sus pajes Taumante, Samalí y Nut, y en representación de Melchor, Gaspar y Baltasar, respectivamente, se afanan en escuchar los deseos de los más pequeños para luego transmitírselos a sus jefes, que en estas jornadas ven cómo se acumula el trabajo.

Por eso se antoja fundamental la colaboración de los tres emisarios, que en tandas de alrededor de 20 minutos reciben a grupos de entre 10 y 20 niños. Y son muchos. Algunos, de hecho, vienen en parejas de hermanos o primos.

Así, tras el saludo protocolario y la bienvenida de los pajes, los niños, muy educados todos, responden a las preguntas de sus emisarios, que tienen que certificar que, efectivamente, se han portado muy bien.

Mientras tanto, decenas de niños y padres aguardan estoicamente su turno a las puertas del Principal y de la Casa de Cultura. Una espera que puede parecer tediosa, pero que al final, vale la pena. Apenas quedan unos días para la llegada de sus Majestades y la ilusión mueve montañas.