Los profesores de educación vial en Burgos: 16.000 alumnos al año y un temario adaptado a la ciudad

Cada maestro tiene su librillo, pero Luis María Pérez y Juan Miguel Saiz, agentes de la Policía Local de Burgos y encargados de enseñar educación vial en la capital, tienen la ordenanza de movilidad, entre otros grandes y amplios temarios, como herramienta didáctica. Precisamente, la ordenanza ha sido el último de sus particulares Libros Gordos de Petete. Llegó a sus manos una vez aprobada en un pleno municipal y ahora ya está, de forma resumida, en el conocimiento de todos los alumnos cada vez que cursen 6º de Primaria. «Incluso los que están este año en 1º de la ESO. El año pasado no recibieron esas clases al estar en pandemia, pero hemos enviado un comunicado a todos los centros para que tengan esa información», detallan los agentes y a la par que profesores.

Sí, Pérez y Saiz no renuncian a la categoría de profesores por mucho que vayan vestidos de policías. De hecho, por sus clases pasan al año 16.000 alumnos, al abarcar las aulas de todos los centros de la capital entre 3º de Primaria y 4º de la ESO. «Les cogemos con 8 años y seguimos con ellos hasta los 16», apuntan Pérez y Saiz, que se han adaptado a los nuevos métodos de aprendizaje que ha dejado la covid.

«En estos meses, hemos actualizado los contenidos y hemos desarrollado documentos para mostrarlos de forma telemática. El curso pasado pudimos llegar a un 80% de los centros, porque desde marzo estuvimos dando charlas telemáticas. Al no ser presencial, hemos llegado a más alumnos con la misma videoconferencia», continúan.

Con la pandemia más relajada y con la recomendación de la Dirección Provincial de Educación de no acudir aún a los centros, los agentes han compaginado la lección a través del ordenador con actividades en plena calle, como la que desarrollaron con el Fernando de Rojas a mediados de octubre. «Preparamos un paseo didáctico en bicicleta. Es una actividad que queremos hacer con más centros cuando llegue el buen tiempo, pues ahí se enfrentan a la realidad de un ceda al paso, rotondas, preferencias... Concienciamos desde la realidad», describen los policías.

La unidad de educación vial se asentó en la Policía Local de Burgos hace 35 años y desde entonces los agentes han estado en los centros desde el 18 de septiembre hasta el 20 de junio. «Tenemos todos los días cuatro horas lectivas. A eso se suma preparar las aulas, estudiar las normativas, sacar las estadísticas... para sintetizarlas. Además, como los alumnos te ven de policía, te preguntan por cualquier normativa», afirman.

Precisamente, entre en las enseñanzas viales se ha colado el aprendizaje cívico y son muchos los cursos en los que se abordan temáticas acordes con las edades. «En 5º de Primaria impartimos asuntos de responsabilidad civil. Tienen que saber qué es y qué consecuencias pueden acarrear. Se aborda también el acoso entre compañeros, la resolución de conflictos...», inciden Pérez y Saiz.

Pero antes de llegar a la responsabilidad civil, las clases empiezan en 3º de Primaria con la actitud del peatón y con los peligros de cruzar una calzada. Un curso más tarde, en 4º, es el turno del pasajero en el coche, autobús, bici..., con especial énfasis en el cinturón. «Son temarios acordes a la edad de los alumnos. En 6º de Primaria, que empiezan a utilizar la bicicleta, se estudia la ordenanza de movilidad para que la entiendan. Se detallan las calles peatonales y los objetivos que persigue esta ordenanza. Y todo esto basado en lo que pasa en la ciudad. Si hablas del peatón, se analizan los accidentes que han pasado en la ciudad. En educación vial nos leemos todos los atestados que han tenido que ver con atropellos de peatones o con accidentes con bicicletas. Estudiamos las causas, edades...», apuntan los policías.

El temario continúa en 1º de la ESO con la importancia del casco y lo relevante que es en caso de accidente. En 2º, al hilo de la educación cívica, Pérez y Saiz indagan en otras ordenanzas municipales como las de la limpieza, drogodependencia, animales de compañía, ruidos... «En 3º de la ESO hablamos de los primeros auxilios en accidentes de tráfico. Explicamos el protocolo y lo que no se debe hacer. También enseñamos posiciones muy concretas como colocar a una persona de lado y el masaje cardíaco. Todo esto se complementa con el trabajo que hace Cruz Roja en los centros. Y en 4º de la ESO nos centramos en el alcohol y la conducción, así como sus consecuencias legales», concluyen Pérez, con 22 años como profesor de educación vial, y Saiz, con 12.

Una educación vial que se inicia en 3º de Primaria con estos dos agentes, pero que se aborda desde cursos infantiles, al existir un grupo de voluntarios que acude a los centros infantiles a que los más pequeños tengan su primera toma de contacto.

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