Presen con un plato de patatas bravas en el Mesón Burgos. NSU

El secreto de unas bravas con solera Burgos

El Mesón Burgos elabora sus patatas bravas con receta secreta desde hace 65 años y son muy conocidas de la ciudad

Jueves, 4 de enero 2024, 07:23

Un paseo sosegado por el centro bien merece una parada en uno de los mesones más clásicos de Burgos que, además, lleva el nombre de la ciudad. El Mesón Burgos es uno de los más antiguos de la calle Sombrería y una parada obligada para degustar una de las mejores tapas del mundo, las patatas bravas.

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Presen y su marido perfeccionaron unas bravas que probaron en el corazón de Madrid. Se trajeron a Burgos el secreto de la salsa brava y ella, buscando la excelencia, le dio un sutil toque, muy burgalés, para crear una delicia. Presen hace gala de su gusto culinario y desde hace 65 años ofrece a burgaleses y foráneos su generosa aportación a la gastronomía local.

El restaurante y el bar se llenan cada día para servir sus platos, al puro estilo de Castilla, sus tapas de calidad y el excelente trato del servicio tanto en la barra como en la sala. Las patatas bravas son su tapa estrella, suaves, pero con un toque picante que llenan el paladar con una explosión de sabor. Presen se sabe de memoria la fórmula de su salsa. A sus 93 años (muy bien llevados, por cierto) echa cada día un ojo a los fogones de la cocina para que todo salga perfecto. Su tapa cien por cien casera acompaña a sus otros platos que elabora ella misma junto a su equipo.

Y bien que lo saben los clientes. Unos porque son de Burgos y han entrado a degustar su carta centenares de veces a lo largo de la extensa vida del local. Otros atraídos por la fama que ha volado de boca en oído por toda España y por el extranjero, porque además ostenta un solete de la Guía Repsol . Muchos por la curiosidad; otros por la tradición. Todos, porque llenar el paladar de sabores, libera de los sinsabores de la rutina, del trabajo o de la levedad de la vida.

El Burgos es angosto, lo que le da calidez; a cualquier hora del día, preferentemente en el aperitivo y antes de cenar, la barra se llena de clientes. Los Riberas del Duero, Rioja, Arlanza, Rueda… los caldos mejores de la tierra reposan en las copas a la espera de ser conjugados con el sabor de las patatas y de la salsa. O las cervezas, sean en botellín o de barril, que se mimetizan con el frío de la ciudad para ser consumidas, sorbo a sorbo, tras degustar la tapa estrella.

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Las paredes del bar están llenas de recuerdos de personajes célebres, como lo está el álbum de fotos de Fernando (¿quién no conoce a Fernando, el del Burgos?). Y en una de las entradas, semi escondido, porque hay que buscarlo bien, el escudo tallado del Burgos CF, el equipo de los amores de Fernando (hasta fue directivo). Y en carteles, anunciando los partidos televisados, junto a los del club de El Plantío, el San Pablo de baloncesto y su Real Madrid.

En definitiva, un lugar entrañable, del Burgos de toda la vida, en una de las calles más típicas de la ciudad, que espera con cosas ricas a quien se acerca a gustar y degustar sus patatas bravas. «Las mejores del mundo» para sus clientes. La ración cuesta 4,50 euros en este mesón situado en la calle Sombrerería, número 8.

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