La Virgen de las Angustias arropa con solemnidad a Burgos en la noche del Sábado de Pasión

El murmullo se hacía más ensordecedor según se acercaban las 22:00 horas. En la puerta de la iglesia de San Cosme y San Damián se agolpaban los fieles que querían asistir al reestreno de la procesión de Las Angustias, que tan solo pudo procesionar dos años, el de su estreno, en 2018, y el último año que las procesiones han podido recorrer las calles hasta ahora, el 2019.

Después llegó una pandemia que convirtió la Semana de Pasión en un acto íntimo y dejó a las imágenes en sus templos. Por eso había tantas ganas de que este 2022 el cielo respetase y la Virgen de las Angustias pudiera salir a hombros cargada por las mujeres de las diferentes cofradías de la ciudad que participan en esta procesión.

Nuestra Señora de las Angustias, obra de Juan Manuel Montaño Fernández, ha salido puntual del templo arropada por los devotos que la esperaban y bajo una lluvia de pétalos que han caído sobre ella. Los aplausos han coronado la salida de esta talla que ha sido portada por 26 costaleras que han procesionado con el hábito de su cofradía.

A paso lento, al ritmo de las cornetas y tambores de la la Agrupación Musical del Santísimo Sacramento de Jesús con la Cruz a Cuestas, han recorrido las calles del centro de Burgos hasta llegar a la Plaza del Rey San Fernando, punto intermedio del recorrido.

Tras atravesar la calle San Cosme, Plaza de Vega, el puente de Santa María, el inicio del Paseo del Espolón y llegar a los pies de la Catedral, las cofrades han emprendido el camino de regreso. Pero antes de que Nuestra Señora de las Angustias entrase de nuevo en el templo se produjo el canto de la Salve Regina.

Con la noche cerrada, y arropadas bajo el mismo manto, las cofrades que han portado el paso han vuelto a la parroquia cerrando así el primer Sábado de Pasión de la nueva normalidad.

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