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El Burgos CF se reencuentra con la victoria fuera de casa ante el Real Oviedo
El cuadro burgalés aguantó el arreón final ovetense para hacer bueno el gol de Atienza ante un conjunto carbayón lastrado por la expulsión de Sergi Enrich al inicio de la segunda mitad
Sufrió más de lo debido pero finalmente el Burgos rompió la racha de más de dos meses sin ganar lejos de El Plantío y se impuso a un rocoso Real Oviedo que intentó el empate hasta el final pero se vio muy lastrado por la expulsión de Sergi Enrich al inicio de la segunda mitad.
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La igualdad de la primera parte, con un partido espeso y cerrado, tornó en locura en los primeros instantes de la segunda mitad, una revolución que aprovechó el conjunto burgalés para adelantarse con un buen cabezazo de Atienza en el punto de penalti tras un mejor centro de Areso en segunda jugada tras un córner.
El Real Oviedo, tocado durante varios minutos, vió como las protestas de Sergi Enrich le valieron una expulsión que, pese a la entrega, el buen desempeño de los cambios introducidos por Álvaro Cervera y el palo de Rodri Tarín, supuso una carga demasiado pesada para alcanzar la igualada.
Arrancaba igualado el choque en el Carlos Tartiere. Burgaleses y ovetenses medían fuerzas sin conceder ninguna ventaja en los primeros minutos de juego. El similar planteamiento entre Cervera y Calero se anulaba mutuamente y mantenía un empate que cerca estuvo cerca de romper Manu Vallejo en el minuto cinco tras un buen desmarque y un remate que paró Caro en una acción que finalmente fue invalidado por fuera de juego.
El fichaje invernal del Real Oviedo arrancó activo y trató de suplir junto a Sergi Enrich la notable ausencia de Borja Bastón, máximo artillero de los astuarianos, ante una zaga de tres centrales blanquinegros formada por David Goldar, Aitor Córdoba y Grego Sierra.
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Fue el defensa gallego, que ya anotó siete tanto la pasada campaña en Ibiza, el que dio la replica burgalesa tres minutos después explotando uno de sus puntos fuertes, el juego aéreo, con un cabezazo ajustado al palo izquierdo de Braat que a punto estuvo de colarse en las redes locales.
Real Oviedo
Braat, Bretones, Calvo, Rodri Tarín, Lucas (min. 76 Juanfran), Luismi, Jimmy Suárez, Moro (min.76 L. Sequeira), Koindredi (min. 64 Montoro), Sergi Enrich y Manu Vallejo
0
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1
Burgos CF
Caro, Matos (min. 85 Raúl Navarro), Grego Sierra, David Goldar, Aitor Córdoba, Areso (min. 85 F. García), Atienza, Elgezabal, Gaspar Campos (min. 78 Mumo), Alex Bermejo (min. 78 Valcarce) y Mourad (min. 68 Curro)
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Goles 0-1, min. 51 Atienza
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Árbitro Guzmán Mansilla (Cté. andaluz). Amonestó a los locales Jimmy y Luismi. Expulsó a Sergi Enrich por doble amarilla
Ambos conjuntos buscaban construir el partido desde la fortaleza defensiva, por lo que el balón largo dominó al juego de creación y el centro del campo se invisibilizó a base de envíos por alto en busca de los desmarques de los hombres de ataque en el cuadro carbayón y de Mourad y los carrileros en el caso blanquinegro.
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Los de Calero, sabedores de que el cuadro carbayón es el equipo que menos pases completa del campeonato, cedieron la posesión del esférico a los locales para cerrar espacios y buscar salir con transiciones rápidas en ataque.
Los astuarianos daban vueltas al balón pero su poca costumbre de acumular posesión hacia que la circulación fuese densa y estéril ante las atentas basculaciones de los blanquinegros (de rosa en este partido).
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Primera parte espesa
Superada la media hora de encuentro con las áreas poco pisadas, apenas una volea enganchada por el ex sportinguista Gaspar Campos puso un atisbo de oportunidad de gol en un encuentro cerrado y luchado pero sin ocasiones.
Con el espesor de la sobremesa adueñándose del partido, una internada de Matos por la izquierda terminó con el carrilero andaluz en el suelo y con las tímidas quejas burgalesas por un posible penalti tras el empujón de Lucas que el colegiado del encuentro, Guzmán Mansilla, no vio suficiente para decretar pena máxima.
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Un potentísimo disparo de Gaspar Campos desde lejos que se marcho cerca de la escuadra izquierda de la portería ovetense cerró una primera mitad espesa y sin alicientes en la que ninguno de los dos equipos supo encontrar el camino para hacer daño al rival y generar peligro.
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Comenzó la segunda parte con el Burgos asustando por la izquierda con un centro de Matos teledirigdo hacia Mourad, que se vio sorprendido y no logró articular un remate hacia la meta asturiana.
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Pero lo que parecía una salida fulgurante de los visitantes tornó en reacción de los ovetenses tras una buena acción por banda de Moro que cedió raso al medio para la llegada desde atrás de Luismi, que conectó un disparo lleno de intención que la zaga burgalesa salvó lanzándose con todo.
Gol y expulsión en cinco minutos
A río revuelto, ganancia de pescadores, y en este caso fue Areso quién pescó un balón suelto en el área ovetense tras un córner botado desde la derecha para volver a meterla a la olla para que Atienza, anclado en el punto de penalti, colocase el balón pegado al palo derecho imposible para Braat para adelantar al Burgos.
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El gol dejó grogui a un Real Oviedo que había salido bien tras el paso por vestuarios y, en esos minutos en los que unos huelen la sangre y otros intentan reaccionar, dos tarjetas amarillas condicionaron el resto del choque.
Una falta de Sergi Enrich tras presionar a Goldar en el córner izquierdo del campo burgalés fue indicada como falta por el linier, una decisión que detonó la frustracion del ariete ovetense.
Encarándose y con protestas ostensibles, la tarjeta amarilla era segura para el delantero carbayón que, a la llegada del árbitro siguió reprochando la acción. El trencilla, ante la insistencia y las ostensibles reclamaciones del delantero no dudó y le mostró la segunda amonestación ante la resignación de Álvaro Cevera en la banda.
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En apenas cinco minutos, el camino se despejó completamente para los de Calero, que se vieron por delante en el marcador y con un hombre más para gestionar la ventaja y cerrar el partido.
Pero un gol no es garantía de nada en Segunda División y, sabedor de ello, el técnico blanquinegro continuó arengando a los suyos para que, sin descuidar las labores defensivas, avanzasen las líneas un par de pasos en busca del segundo gol.
Con esta intención, el entrenador del Burgos dio entrada a Curro por Mourad para mover el balón y tejer las jugadas ofensivas junto a Bermejo y Gaspar además de castigar la inferioridad del Real Oviedo haciéndole correr detrás del balón.
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Sacrificio con recompensa
También movió ficha el preparador del cuadro asturiano introduciendo a Montoro por Koindredi para aportar sentido al ataque local. Y le salió bien. A través de él, el Real Oviedo creció y comenzó a apretar a un Burgos más relajado de lo conveniente.
Este empuje ovetense tuvo su cúlmen en la cabeza de Rodri Tarín, que a punto estuvo de empatar tras llegar desde atrás para conectar un cabezazo que se estrelló en el palo izquierdo de Caro, el mismo que besó el disparo de Moleiro el lunes en El Plantío, para salvar de nuevo al Burgos.
El susto sirvió de aviso a los burgaleses, que reaccionaron y tomaron de nuevo el control de choque con la ayuda de Valcarce y Mumo, que entraron al partido para dar más poso al juego del equipo.
Quería control el Burgos y quería agitar la coctelera el Real Oviedo para conseguir el empate tras quedarse con uno menos. Leo Sequeira lo intentó desde la derecha con un centro raso con una comba envenenada que Caro no se tragó y rechazó con su manopla izquierda.
En esas, con los de Álvaro Cervera volcados en busca de la igualada, el cuadro burgalés intentaba aprovechar los espacios para correr y a punto estuvo de cerrar el partido con una buena combinación que terminó en un centro desde la izquierda que no acertó a embocar Elgezabal llegando desde la derecha.
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Braat tuvo que sacar en la siguiente jugada fuego amigo por parte de Luismi, que se lanzó a despejar un nuevo balón raso al área local y a punto estuvo de introducirlo en su propia porteria.
Con más fe que fútbol, el Real Oviedo lo intentó hasta el final pero el Burgos supo sacrificarse y cerrar los tres puntos para romper una racha de más de dos meses sin ganar lejos de El Plantío y seguir en la pomada por un puesto de play-off.
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