El Villa de Aranda apenas resiste diez minutos en Benidorm

El ya descendido Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda sufrió una contundente derrota en su visita al Benidorm en un encuentro que apenas mantuvo el equilibrio durante los primeros diez minutos. Bastó con unos ajustes en ataque y con la aparición del portero Roberto Rodríguez para que el equipo arandino se derrumbase y encajase un severo correctivo, con un rendimiento muy alejado de la pretensión de Alberto Suárez de mantener el tono competitivo hasta el final de temporada (32-19).

Y eso que el equipo de Aranda arrancó con fuerza el encuentro. Aprovechó la relajación de su rival, muy impreciso en la circulación y blando en ataque, para marcar diferencias en el marcador con un parcial de 1-3. El Benidorm, con muchas bajas en su plantilla, despertó de la mano del cubano Rivero.

Fue suficiente un punto más de intensidad defensiva para que el bando local firmase un parcial de 4-1 que le permitió tomar la iniciativa del juego. El Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda comenzó a sufrir mucho en defensa, ya que no encontró la forma de parar los lanzamientos del argentino Parker Lewis ni las penetraciones de Rivero. En ataque, el colectivo arandino no encontró casi nunca a Javi García en la posición de pivote. Solo Souto y Linares parecieron tener la fórmula para superar al portero internacional juvenil Roberto Rodríguez, quien con sus paradas fue poco a poco demoliendo la confianza del su rival.

El Benidorm, a medio gas, siguió abriendo brecha en el marcador. El pivote Porras tomó el relevo como anotador y la diferencia se fue ampliando hasta que Alberto Suárez decidió intervenir y pedir un tiempo muerto con 13-8 en el marcador (min. 20). Lejos de reaccionar, el Villa de Aranda, pese a tener en pista a sus máximos anotadores, como el brasileño Novais, fue incapaz de recortar distancias y el Benidorm, con Nolasco como ejecutor, logró alcanzar el descanso con una renta de seis goles (16-10).

El paso por los vestuarios no corrigió la deriva de la contienda. Un par de errores del Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda permitieron al Benidorm, sin demasiado esfuerzo y a medio gas, elevar la diferencia a siete goles (19-12). El Villa de Aranda, sin poder en la portería para reducir distancias, apeló a las acciones individuales de Novais para sujetarse al encuentro, pero fue imposible.

El técnico del Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda volvió a pedir un tiempo muerto en el minuto 38 con (21-13) para frenar la avalancha del Benidorm, que lejos de levantar el pie, pese a contar con varios canteranos en pista, siguió haciendo sangre. Para colmo de males, mediado el segundo acto se produjo la lesión de Linares, uno de los pocos que se salvaban en ataque, quien quedó conmocionado durante varios minutos tras sufrir un golpe.

Varias paradas de mérito de Roberto Rodríguez, unidas a los goles de Porras, elevaron la diferencia a los diez tantos (24-14) para desesperación de Suárez, que volvió a pedir un tiempo muerto para pedirle mucha más intensidad a su equipo. La reprimenda del técnico funcionó porque sus pupilos mejoraron en defensa y en ataque, donde Elustondo ganó protagonismo mientras Rodríguez se lo permitió. Pero un nuevo tirón del bloque local, ya en los últimos minutos, dejó el marcador en el 32-19 definitivo.