El Mirandés le da la bienvenida al nuevo Málaga de Natxo González con su mayor goleada de la temporada

Recuperó su idilio con Anduva un Mirandés que ante el Málaga sumó su tercera victoria consecutiva como local, las tres con la portería a cero. El cuadro jabato, que consiguió el marcador más amplio de la temporada, le amargó el debut en el banquillo visitante a Natxo González, quien tiene por delante mucho trabajo para reflotar a un Málaga que prescindió días atrás de José Alberto, el extécnico del equipo rojillo.

Ni siquiera la vuelta de Oriol Rey al once inicial apeó a Lolo Escobar de su apuesta por la línea de tres centrales, por lo que el centrocampista tuvo que adaptarse al eje de la zaga. flanqueado por Odei y Arroyo. Una mejor salida de pelota llevaba implícita también el riesgo en los balones a la espalda, en los que Oriol Rey sufrió, y mucho, a la hora de girarse y mantener la marca.

Consciente de la situación de un rival que venía de ser humillado en su casa, y con un cuerpo técnico aún conociendo a sus jugadores, el Mirandés salió a un ritmo eléctrico. Y cuando este grupo de futbolistas se divierte es un regalo para los ojos. Carreira puso un buen centro para Brugui. Camello, muy atentó, acudió a pivotar y ofrecerle una parada a su compañero, quien acabaría por plantarse ante Dani Barrio y resolver con un toque sutil que mandó el balón mansamente al fondo de la red. Una acción coral perfecta, que además prorrogaba y aumentaba el estado de ansiedad y depresión del Málaga.

Con todo a favor, el Mirandés le echó el freno de mano al arreón inicial y administró sus esfuerzos, aunque siempre con el balón como referencia. Raúl salió, muy atento, a corregir dos despistes de Oriol Rey, que además vio la que es su quinta amarilla de la temporada. Rectificó la situación Lolo Escobar, que le relevó y dio entrada a Iago Carracedo.

Las buenas noticias volvieron cuando los de arriba conectaron de nuevo. Fue esta vez Brugui el que salió a recoger el balón en la frontal del área y prolongó para la incorporación de García de Albéniz. El lateral zurdo puso un centro perfecto para que Camello, en su papel de hombre de área, remachase al fondo de la red.

Intentó el Málaga levantarse tras la presumible primera bronca de Natxo González en el intermedio. Jairo puso a prueba a Raúl, que reivindicó su parte de protagonismo con una estirada de foto. Prácticamente en la acción siguiente, Hassan, un hombre tan vertical como cegado en muchas ocasiones a la hora de mirar a portería, decidió resolver una carrera con un disparo lejano. Y encontró el premio con un tiro raso que sorprendió a Dani Barrio.

La ventaja de tres goles hizo de los más de 40 minutos que quedaban por delante un ejercicio de administración de esfuerzos y para ajustar conceptos defensivos para Lolo Escobar, mientras que su homólogo en el banquillo rival intentó que el equipo no se le derrumbase totalmente. Y lo cierto es que el Málaga no dejó nunca de intentarlo y de exigirle defensivamente a un Mirandés que en ese sentido parece haber dado un salto cualitativo. También sirvió la placentera segunda mitad para el debut de Garrido, reciente fichaje, y que viene a sumar en esa búsqueda de la madurez sobre la que tanto incide Lolo Escobar.

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