Qué desfachatez liberal querer que se respete la propiedad privada. Ciudadanos registró ayer en el Congreso una proposición de ley para endurecer el delito de usurpación en el Código Penal. Lo intentó en 2018, pero la legislatura se fue al garete. Papeleta para el PSOE. Por un lado, unos casi socios pretendiendo luchar contra la delincuencia. Por otro, unos socios amorosos con los simpáticos okupas. Podemos no tiene problema en llevar al TC leyes que agilizan los desahucios de los okupas. Habrá que reformar el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal o la Ley de Bases de Régimen Local, aunque Edmundo Bal dice que puesto que «la ocupación constituye por sí misma un delito flagrante, podría ser perseguida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado si hubiera una orden general de la Fiscalía General». Las cosas no son tan fáciles ni en 'Mortadelo y Filemón'. Mira el final de Chapeau el Esmirriau, cuando Mortadelo se carga al villano con un misil que podía haber usado al principio de la historieta.
Se pueden meter en la casa de cualquiera. Menos en la de Pablo Iglesias, al que falta poner un foso con cocodrilos y a Pablo Echenique al frente. Él sí tiene a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No todo el mundo los tiene. Tampoco a Carmina Barrios en 'Carmina o revienta' para convencer a los malos. O a los vecinos de Portugalete que ayudaron a Vitori, de 94 años, a echar a sus intrusos.
El origen del MeToo y los juicios paralelos está en una falta de respuesta de las instituciones. Empresas como la de los tiarrones de Desokupa, también. Esos armarios de dos puertas son una especie de GAL sin muertos. Una solución quiero, justificará el propietario. Mejor la ley.
