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La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha licitado el contrato para llevar a cabo las actuaciones necesarias de conservación de la biodiversidad de las Lagunas de Atapuerca, en Burgos, y la mejora de sus infraestructuras de uso público. Un proyecto que cuenta con financiación de la Unión Europea a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia NextGeneration EU y un importe base de licitación de 189.222,37 euros, impuestos incluidos, siendo el plazo de ejecución de 11 meses.
El objetivo del proyecto consiste en mantener el estado del sistema lagunar en un estado óptimo desde el punto de vista estructural y ecológico. En este sentido, entre las propuestas que se llevarán a cabo se encuentran el acondicionamiento de algunos diques, la eliminación de vegetación leñosa, la adecuación de los tramos de cercado perimetral del complejo lagunar que estén estropeados, la revisión, refuerzo y arreglo de las pasarelas y observatorios ornitológicos existentes y la reposición de señales y paneles de los diferentes itinerarios.
Desde los distintos servicios territoriales de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León se han propuesto diversas actuaciones en las áreas pertenecientes a la Red de Áreas Protegidas de Castilla y León, en las Zonas de Especial Conservación (ZEC) y en las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) con la finalidad de mejorar la conservación, diversidad y uso sostenible de estos espacios.
Dentro de las distintas líneas programadas, se encuentran las de recuperación de humedales desecados, conservación de humedales temporales mediterráneos y restauración hidrológica y topográfica de humedales degradados, y la de naturalización de zonas húmedas artificiales e instauración o adaptación de charcas y abrevaderos para la fauna silvestre.
Las Lagunas artificiales de Atapuerca se encuentran en la zona norte del término municipal y se crearon a comienzos del siglo XXI. La intención era recuperar el espacio como un humedal que sirviese de refugio a distintas especies de fauna y como corredor ecológico para numerosas especies de aves migratorias.
Así, se recuperaron y recrearon cinco lagunas, que se sitúan en una llanura cerealista y se convirtieron en un lugar de descanso para numerosas aves migratorias en su paso por el corredor de la Bureba, así como en un abrevadero para aves esteparias y lugar de cría para varias especies acuáticas y de anfibios. Sin embargo, en estos años se han realizado actuaciones puntuales de mantenimiento y gestión, y actualmente presenta ciertos riesgos de deterioro.
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