La empresa que nació en Barcelona y crece en Villahoz
Jordi Solá se mudó de Barcelona a Villahoz, por el trabajo de su mujer, y hasta aquí trajo también su empresa | Ahora cuenta con tres trabajadores y quieren ampliar sus instalaciones
Jordi Solá se instaló con su mujer en un pequeño pueblo burgalés cuando todos estaban abandonando el medio rural. Llegó desde Barcelona y también se trajo consigo su empresa. Su mujer es de Villahoz, un pueblo situado a unos 15 kilómetros de Lerma, y hasta aquí llegaron Jordi y su mujer.
Como bien se repite habitualmente, es la mujer la que asienta población en el medio rural, este es un ejemplo más. En su caso, ambos estaban viviendo en Barcelona pero a ella le salió un trabajo en Villahoz. «Su familia es de este pueblo donde había un hotel y ella se encargó del mismo durante unos años. A mí me encajaba venirme para aquí, no había problema y así lo hicimos», explica Jordi.
Este hombre cambió una ciudad como Barcelona, de 1,6 millones de habitantes, por el pueblo de Villahoz de unos 300. Jordi no llegó aquí sin trabajo sino que se vino con su empresa. Gestiona una empresa de importación de productos de Turquía y China y actualmente tienen una parte en Barcelona y otra en Villahoz, donde tienen un almacén. «Aprovechamos que nos veníamos a Villahoz para crecer nosotros y también que lo hiciese la empresa», apunta Jordi.
Jordi, su mujer y su empresa llegaron a Villahoz hace siete años y en Abrasivos Solá trabajan tres personas que se dedican a trabajar abrasivos para piedra. «Aquí podemos hacer el mismo trabajo que hacíamos en Barcelona», sentencia. Aunque reconoce que está «muy contento» también confiesa que al principio fue un poco «difícil aunque todo es adaptarte». Algunos de los detalles que más llamaron su atención fue la edad media de la gente, que en el medio rural burgalés es elevada, «aquí somos de los más jóvenes».
Una vez superado el cambio y plenamente asentados en Villahoz, Jordi reconoce que tienen pensado ampliar la emrpesa. «Hemos presentado uno de los proyectos para hacer una fábrica aquí», explica. Esa ampliación de la empresa supondría más gente trabajando en este pueblo, «hemos hecho un plan de a cinco años para seis o siete personas más. Algo viable», apunta Jordi. Aunque sí reconoce algo de incertidumbre, no por la realidad o la viabilidad del proyecto sino por la presión externa, «lo que ocurre es que te da un poco de miedo hacerlo aquí o hacer la ampliación en Burgos. Nuestra primera intención era hacerlo en Villahoz pero después vemos que nadie lo hace aquí. Pero seguimos pensando en que, si nos apoyan, lo haremos aquí, en el pueblo».
Reconoce que no hay diferencia alguna entre optar por un terreno en Burgos o en Villahoz, lo que pesa es el sentir continuamente «que vas a contracorriente» pero si les funcionó hace siete años, por qué no va a funcionar ahora. Cerca de Villahoz también tienen el polígono industrial de Lerma pero Jordi lo tiene claro, «para irnos a Lerma, nos quedamos en Villahoz que es nuestra primera opción pero sí que nos falta un poco de algo, de impulso y apoyo», reflexiona este empresario ahora también rural.