Un brindis navideño por la Banda de Música de Miranda de Ebro

El minutero rebasaba la primera media mitad de su circunferencia cuando, adentradas las 20 horas de este viernes, 15 de diciembre, el Teatro Salón Apolo de Miranda de Ebro comenzó a mimetizarse con el espíritu vienés de la Navidad. El patio de butacas, completo, y los palcos, con un buen nivel de ocupación, garantes ambos del calor que la Banda Municipal de Música estaba a punto de recibir en el que se erigió en su último concierto del año.

Como ya es tradición, la agrupación musical ofreció un concierto con reminiscencias al que el próximo Año Nuevo deleitará a la ciudadanía más melómana. Sin embargo, vivir la experiencia de aquel Concierto en Viena no parece apta para todos los bolsillos; una circunstancia opuesta a la ―en comparación― modesta, pero igualmente especial actuación que cada año brinda la Banda de Música de Miranda para el disfrute de la música clásica.

Polcas, valses, marchas y otras piezas ligeras que celebran la tradición musical vienesa protagonizaron la primera mitad de un repertorio que inauguraba la 'Entrada triunfal de los Boyardos' de Juan Halvorsen. Y tras esta marcha inspirada en la entrada de los boyardos rumanos en Bucarest en el siglo XVIII, la familia Strauss acaparaba el foco de la mano de composiciones como 'Annen Polka', 'El murciélago', la alegre 'Trish Trash Polka', y por supuesto, el inconfundible 'Danubio Azul', que no podía faltar.

Todo transcurría con el formalismo propio de un concierto cualquiera de Año Nuevo, pero con el inicio de la segunda parte, se producía el esperado punto de giro que, de nuevo, haría aparecer en escena al tradicional pollo de la Banda de Música. La «mascota navideña» de la formación, aparentemente perdida un año más, en esta ocasión descendía como un misil desde la tramoya del teatro.

Ahora sí, 'Condacum' de Jan Van der Roost estrenaba una segunda mitad cuyo repertorio trasladaba al público desde Viena al otro lado del charco, hacia lares de tintes más neoyorkinos. 'White Chritsmas', 'All I want for Chritmas' y 'Last Chritsmas' completarían el programa con una sorpresa que lograba cautivar al público: Sara González Moras y Daniel Pires Jiménez colaborarían con la Banda de Música para poner voz a todos estos villancicos entre los cuales se procedió al tradicional brindis con champagne.

Sin duda, el público pareció satisfecho, a tenor de la ovación que propició al final de las actuaciones. «Y como la Banda de Miranda no tiene nada que envidiar a la Filarmónica de Viena», de acuerdo con la directora de la formación, María del Mar Magán, la Marcha Radetzky, de nuevo de Johann Strauss, puso el colofón a un concierto que concluyó acompasado por las palmas del público. La Banda de Música de Miranda de Ebro ya había materializado su particular felicitación navideña.

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