La presa de Castrovido iniciará su primer llenado en el segundo semestre de 2026 tras más de una década sin actividad
Técnicamente se conoce como puesta en carga para realizar todas las mediciones que permitan determinar que la presa es segura antes de su llenado definitivo
Treinta años después de su planificación, 21 de la colocación de la primera piedra y más de una década sin actividad, el embalse de Castrovido en Burgos va a experimentar su primer llenado, lo que en términos técnicos se conoce como 'puesta en carga'. Un plan de llenado que se ha de resolver este próximo año y que, todo indica a que empezará en el segundo o tercer trimestre de 2026.
Publicidad
Se trata de llevar a cabo las actividades de gestión y seguimiento de la puesta en carga, que serán llevados a cabo, atendiendo a un plan de puesta en carga que ya existe y realizado por la dirección de obra del proyecto y ejecución de las obras de La Presa del Castro habido en el río Arlanza, que así se llamaba el plan.
En los próximos 23 meses se van a llevar a cabo tareas como la gestión de la puesta, encarga, el seguimiento del comportamiento de la presa durante esta actividad y la redacción de una memoria sobre el desarrollo de esta puesta encarga. Además, durante este proceso se pueden producir situaciones que obliguen a declarar la emergencia, que también estarán contemplados.
También se contemplan todas las operaciones y manejo de los órganos de desagüe, prueba y mantenimiento de los dispositivos e instalaciones, así como el control de la auscultación y vigilancia y de la inspección de la presa y de su entorno.
Durante estos trabajos, no solamente se van a llevarlas a cabo las pruebas de llenado, sino también pueden interrumpirse estas acumulaciones y producirse vaciados programados tanto de la presa de Castrovido, como de la presa de cola de Los Vados, cercana a Palacios de la Sierra.
Publicidad
Los trabajos a realizar antes y después de la reanudación de la puesta en carga serán las mediciones, los operaciones y manejo especializado de los órganos de desagüe, las pruebas y mantenimiento especializados de los dispositivos e instalaciones y la disposición para que en todo momento toda la instalación se encuentre en perfecto estado de operatividad.
Para realizar todos estos trabajos, la Empresa de Transformación Agraria (Tragsa), va contratar el servicio de gestión, vigilancia y control del proceso de la puesta en carga de la presa de Castrovido, por un valor de 335.321,79 euros y un plazo de 23 meses desde el 1 de mayo del año que viene.
Publicidad
Decenas de años de retraso
Más de 100 años después de que se proyectará la regulación del río Arlanza, en la provincia de Burgos, aún sigue sin culminar. La primera referencia hay que encontrarla hace 121 años, cuando se planificó hacer esta obra en el entorno de Retuerta en 1904. Suponía sumergir el pueblo y acabar con uno de los grandes hitos de la historia de la provincia de Burgos y de Castilla, como era el monasterio de San Pedro de Arlanza. Varias décadas después se empezaon a construir el poblado y las infraestructuras. Pronto cayó en desgracia -o en gracia, quién sabe- y se pudo salvar el monasterio de sucumbir bajo las aguas.
A partir de entonces el proyecto estuvo detenido durante décadas. A finales de los años 90 se decide construir en el entorno de Castrovido, en la localidad de Terrazas. Se presentaron varios proyectos, se crearon plataformas y mesas de trabajo, se manifestó toda la cuenca del Arlanza varias veces en Burgos, en Valladolid y en Madrid, y finalmente la Confederación Hidrográfica del Duero la echó a andar a comienzos de este siglo.
Publicidad
Finalmente, la decisión adoptada fue construir la presa de Castrovido qué es capaz de retener un máximo de 44 hectómetros cúbicos de agua. Este embalse responde a la tipología de presa de gravedad, con planta recta. La cota de coronación de la misma es la 1.048 de altitud sobre el nivel del mar y la altura máxima sobre cimientos es de 95 metros.
La inversión del proyecto alcanzó los 250 millones de euros. Comenzaron las obras el 23 de febrero de 2004 y terminaron 17 años después. El proyecto buscaba laminar las avenidas que se producen en la cuenca alta en Salas de los Infantes, en su cuenca media en localidades como Covarrubias, Puentedura Lerma y toda la Vega de Santa Cecilia. Y dotar de regadío a 6.000 hectáreas, que hoy son ya muchas menos.
Publicidad
Sobre Castrovido pesa también el dolor de la muerte. En 2011 cuatro trabajadores murieron y dos resultaban gravemente heridos después de que cayera sobre ellos una tolva de hormigón.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión