La residencia de Salas alcanza los 35 años dejando atrás un brote de covid de un «coste irreparable»
La Residencia Santa María de Salas de los Infantes llega a este aniversario recuperándose del perjuicio generado por la pandemia y con agradecimiento a la sociedad local que ayudó a la entidad
La Residencia Santa María de Salas de los Infantes cumple 35 años como fundación de carácter social y sin ánimo de lucro, gestionada por un patronato. «De estos 35 años, este último es para no recordarlo, en la mayoría de los casos nos ha cambiado la vida», reconocen desde el centro. En un año presidido por la pandemia de la covid-19, en el mes de octubre el centro sufrió un brote de la infección. «Lo que nos ha supuesto un coste irreparable de vidas humanas y, por consiguiente, la pérdida de plazas de residentes», lamentan desde la residencia. Siete plazas de 49 siguen vacantes.
Esta situación generó un «grave problema y una situación insostenible económicamente. Nos vimos en un momento crítico en el que tuvimos que pedir ayuda, poniendo en marcha una campaña de donativos», recuerdan.
Y la sociedad salense respondió. Las aportaciones económicas están ayudando a cubrir los gastos que hubo que afrontar para contratar refuerzo y sustitución de personal, los gastos corrientes de la residencia y los gastos de materiales y equipos de protección individual. «Destacar que este impulso económico fue muy importante y necesario. Pese a la situación tan dura y difícil que todos estamos viviendo, que empresas, personas y entidades, hayan hecho este esfuerzo nos ha supuesto sentirnos reconocidos, apoyados y respaldados. Nos ha dado un empuje de motivación, ilusión y fuerzas para el futuro», reconocen desde esta residencia de ancianos.
Por ello, reiteran su agradecimiento. Pero también reconocen y agradecen a todo el personal el esfuerzo, «el sacrificio que han tenido que hacer para sacar la residencia adelante», sin olvidarse de otros organismos como el Centro de Salud de Salas.
Su actividad revierte en la zona
Durante estos 35 años de trayectoria, se ha atendido a más de 300 usuarios pero «para nosotros no solo son usuarios, sino 300 familias. Nuestro mayor interés es que se sientan en su casa y en familia», remarcan. De reciente creación es el servicio de comedor. Todo suma y cientos de trabajadores han pasado por el centro en estos años.
Desde la entidad son conscientes de la situación tan difícil que vive el medio rural, en el que se encuentran ubicados, por ese motivo, desde el centro intentan que «todos los recursos económicos que generamos reviertan en los negocios de la zona. Gran parte de nuestros proveedores están aquí localizados», señalan.
El compromiso que fundó el centro sigue vigente «cada año superamos dificultades, cumplimos con la normativa y todo buscando siempre el bienestar de nuestros residentes. Trabajamos por la buena gestión, con un buen equipo directivo, buenos trabajadores y el compromiso de todos los miembros que forman y han formado el patronato».
Los comienzos
« El 19 de marzo, nuestra Residencia Santa María de Salas de los Infantes, cumple 35 años. La necesidad de prestar este servicio en la zona, hizo que el Párroco del momento D. Bernardo García Revilla, apoyado por un grupo de voluntarios pusieran en marcha este proyecto que hoy es una realidad y un referente en la comarca. Somos una fundación de carácter social y sin ánimo de lucro, gestionada por un Patronato, con el único fin de prestar atención cercana, individualizada, de calidad y con calidez.
Desde su creación estamos atendiendo y luchando por el bienestar de nuestros mayores. Asociados desde hace unos años a LARES (Federación de Residencias y Servicios de Atención a los Mayores – Sector Solidario).
Las Hnas. Carmelitas Misioneras, fueron en sus inicios, las encargadas de hacer su labor misional prestando los cuidados a los residentes. Con el paso de los años, la escasez de monjas, el cambio de normativa y la exigencia de ésta, hizo que hubiera que ir cogiendo cada vez más personal cualificado para dar cumplimiento a la misma, así como acometer obras de gran envergadura para adaptar un antiguo hotel a una residencia».