Burgos gana casi 4.000 habitantes en un año
El INE certifica una población de 364.216 en la provincia de Burgos a finales de junio de este año, tras un crecimiento de más de un millar en los últimos tres meses. A pesar de ello, cada vez hay menos jóvenes y más personas mayores
La provincia de Burgos parece haber revertido ya el proceso de despoblación en el que se encontraba sumida tras las crisis económicas de la década pasada. Así, en los últimos ejercicios se viene observando un paulatino, pero continuado, incremento de población que incluso se está acelerando, de acuerdo a los datos ofrecidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
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Unos datos que, a pesar de tener todavía carácter provisional, vienen a certificar que la provincia de Burgos ha incrementado su población en 3.909 habitantes en sólo un año. Así, a finales de junio, el INE cifraba la población de la provincia en 364.216 vecinos frente a los 360.307 registrados en el mismo periodo del año pasado.
Se trata de un incremento del 1,08% en términos anuales, un índice que hacía mucho tiempo que no se observaba, y que además se ha acelerado en los últimos meses. No en vano, son 1.118 habitantes más que a finales de marzo y 2.036 más que a finales de diciembre del año pasado.
Eso sí, este incremento viene determinado fundamentalmente por la llegada de inmigrantes. De hecho, la población nacional se ha contraído en el último ejercicio en 164 personas, hasta quedarse en un total de 322.945 habitantes. Paradójicamente, y a pesar del aumento total de la población en los últimos ejercicios, el peso de la población nacional está ahora mismo marcando mínimos históricos en la provincia de Burgos.
De esta forma, es la llegada de inmigrantes la que está sosteniendo los índices demográficos en Burgos. A finales de junio había registrados en la provincia un total de 41.271 personas de origen extranjero, 4.073 más que justo un año antes.
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Además, el crecimiento poblacional registrado en los últimos ejercicios viene acompañado de ciertos desequilibrios, puesto la que natalidad continúa marcando mínimos históricos, sobre todo entre la población nacional.
Quizá, el desequilibrio más importante sea el paulatino envejecimiento de la población, que a pesar de haberse mitigado en parte, no termina de revertirse. Básicamente, los grupos etarios más bajos continúan perdiendo población, mientras el colectivo de mayores gana peso en la pirámide poblacional.
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Para muestra, un botón. A finales de junio había registrados 25.016 habitantes menores de 10 años, 440 menos que justo un año antes. Curiosamente, en el último ejercicio también ha descendido la población de entre 40 y 49 años de edad en un 1,3%, mientras el resto de grupos etarios aumentaban su peso, con una especial incidencia en el colectivo de entre 20 y 29 años de edad, que se ha disparado un 4,5% hasta alcanzar los 35.422 habitantes.
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Mayores diferencias se observan si ampliamos el prisma y hacemos una clasificación por edades 'vitales'. Así, la población menor de 18 años cae un 0,25% hasta los 52.980 habitantes, la población en edad laboral tradicional (18 – 65 años) se incrementa un 0,9% hasta los 217.319 habitantes y la población en edad de jubilación, por encima de 65 años, se dispara un 2,2% hasta los 93.917 habitantes. Todo ello, en un solo ejercicio.
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Llama la atención también que el incremento poblacional registrado en el último año viene sustentado en las mujeres. Y es que, siete de cada diez de los 3.909 nuevos habitantes de la provincia de Burgos (2.850) son mujeres, mientras el resto (1.069) son hombres.
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