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La cosmética es mucho más que productos de belleza. Detrás de cada fórmula se encuentran ingredientes activos diseñados para mejorar la salud de nuestra piel, y entender cómo clasificar estos productos puede ser clave para conseguir una piel radiante y saludable. Así nos lo descubre Alberto León, biólogo experto en dermocosmética.
La pirámide de la belleza, desarrollada por la doctora estadounidense Zoe Draelos y publicada en la Journal of Drugs and Dermatology, es una guía esencial para estructurar tu rutina cosmética. A continuación, desglosamos sus tres niveles fundamentales.
La protección es el pilar básico de cualquier rutina de cuidado de la piel. En esta etapa, buscamos productos que ayuden a prevenir el envejecimiento prematuro, manteniendo nuestra piel limpia, nutrida e hidratada. Los limpiadores faciales, sérums antioxidantes y cremas hidratantes forman parte de este nivel.
Además de reforzar la barrera cutánea, estos productos actúan contra los daños causados por factores externos como la radiación solar y la contaminación, proporcionando una base sólida para el cuidado de la piel.
A medida que subimos por la pirámide, la exigencia de los ingredientes aumenta. En el nivel de transformación, encontramos activos como los retinoides y los ácidos. Estos ingredientes favorecen la renovación celular y la exfoliación cutánea, suavizando la textura de la piel y disminuyendo las arrugas y manchas. Este tipo de fórmulas es ideal para quienes buscan resultados visibles, pero es importante usarlas con cautela, bajo la supervisión de un profesional. Sérums, cremas o cremigeles son las presentaciones más comunes de estas fórmulas.
La etapa final de la pirámide, la optimización, es donde se encuentran los ingredientes más avanzados como los factores de crecimiento y los péptidos. Estos activos son conocidos por potenciar la síntesis de colágeno y elastina, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel. Aceleran la regeneración de tejidos dañados y mejoran la calidad cutánea, aportando un toque final para mantener una piel joven y saludable. Estas fórmulas son ideales para quienes buscan el máximo nivel de cuidado y resultados.
Conocer esta clasificación puede ayudarte a estructurar tu rutina cosmética de manera más efectiva. Es fundamental adaptar los productos a tu tipo de piel y necesidades específicas, siempre con la orientación de un profesional que pueda aconsejarte sobre la combinación adecuada de ingredientes. Recuerda que, al igual que con otros tratamientos, la paciencia y la constancia son claves para conseguir los mejores resultados.
En el próximo consejo de cosmética, seguiremos explorando nuevos tips y productos para lograr una piel más saludable.
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Óscar Bellot | Madrid y Guillermo Villar
José A. González y Leticia Aróstegui (gráficos)
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