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DANIEL CRESPO
¿Quién escucha a los 'green influencers'?

¿Quién escucha a los 'green influencers'?

De momento son pocos, pero se espera un auge de los creadores de opinión ecológica por la concienciación generada en la pandemia

Miércoles, 27 de enero 2021, 17:39

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Hasta que este coronavirus llegó, éramos bastantes los que ya veíamos la gravedad de una crisis climática que nos amenaza como especie, a la nuestra y al resto. Había negacionistas, claro, y los sigue habiendo, pero su número no es muy relevante, con una visibilidad debido a su carácter pintoresco y anacrónico que no se corresponde a su cantidad. Muchos más eran los que simplemente no querían saber demasiado del tema porque tienen problemas más graves que atender, imaginemos estar en paro, y solo les faltaba sentirse culpables por este asunto, se les llama ecoresignados. Luego están los ecoconsiderados, gente con vidas normales que intenta hacer lo posible en su día a día: reciclar, llevarse su bolsa de tela al supermercado, ahorrar agua... En la cúspide, los ecoactivos, dispuestos a casi todo por la causa.

Pero irrumpió la pandemia, y en solo un par de meses tuvimos cielos y aguas más limpios, y animales y plantas recuperaron territorios perdidos al amparo del encierro que vivía el ser humano. Al mismo tiempo, los productos generados por la necesidad de la situación, mascarillas, guantes, más plásticos... comenzaron a ser demasiado visibles como elementos contaminadores, amenazadores del planeta. «Antes de la pandemia ya se percibía un aumento de la consciencia colectiva en relación con el medioambiente, pero la Covid-19 ha acelerado más el proceso y ha motivado a más personas a tomar parte de esa responsabilidad. Ha evidenciado que la necesidad de cuidar el planeta es real y que la huella que dejamos en la naturaleza es muy negativa», explica Neus Soler, profesora colaboradora de los estudios de economía y empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Según el informe 'Who Cares, Who Does? 2020', publicado por la reconocida consultora de mercado británica Kantar, el número de consumidores implicados mucho o bastante con el medioambiente (ecoactivos más ecoconsiderados) aumenta de un año a otro, y especialmente este, pues juntos pasaron a representar un 59% de los compradores en 2020, frente al 51% de 2019, es decir, que los ecoresignados (asimilando aquí también a los residuales negacionistas) pasan del 49% al 41% en menos de un año.

«Si tu hijo llega de la escuela y te afea el no reciclar, le haces más caso quea cualquier 'influencer'»

La misma consultora acaba de hacer público otro informe (realizado sobre 80.000 personas de una veintena de países de Europa, América y Asia, entre ellos España) en el que se habla de la importancia que los 'green influencers', es decir, de los creadores de opinión en materia medioambiental, que al parecer influyen al menos de momento más bien poco en nuestro comportamiento sobre este asunto: en una relación de ocho elementos, son los terceros por la cola. A quienes más hacemos caso en este asunto es a nuestros hijos (50%), seguidos en el ránking por los amigos (43%), la pareja (41%), nuestros padres (26%), los colegas del trabajo (18%), en sexto lugar los 'green influencers' (17%) y en los puestos de cola, los políticos (16%) y las celebridades (10%).

Greta Thunberg

Con 'green influencers' se refieren a las personas que vierten su opinión en los medios de comunicación, aunque no se autodefinan así, desde Greta Thunberg en las noticias a otras personas menos conocidas que están empezando a utilizar YouTube o sus redes sociales para aportar opinión o conocimientos sobre el tema; desde cómo cuidar las plantas, a dónde comprar ropa sostenible, pasando por la forma de reciclar o reutilizar materiales o aprender a adquirir y cocinar alimentos más sanos o ecológicos, además de empresas que se toman en serio la concienciación junto a sus ventas.

«Es normal este resultado –admite Juan Carlos Gázquez, profesor colaborador de la UOC y de márketing en la Universidad de Almería (UAL)– pues incluso en el tema de la ropa, donde hay tantos 'influencers', seguimos haciendo más caso a nuestro entorno que a alguien desconocido en las redes. Y en cuando al medio ambiente, si nuestros hijos llegan de la escuela y nos afean el no reciclar o derrochar el agua porque lo han aprendido en la escuela, acabamos haciéndoles caso, mucho más que a cualquier 'influencer'». Lo mismo sucede con los amigos, si son adolescentes y se van de botellón dejándolo luego todo tirado, harán lo mismo, y al contrario.

«Ahora somos más conscientes de lo que está pasando con el planeta y vamosa empezar a escucharles más»

Gázquez considera, sin embargo, que aquí el papel del Gobierno «es fundamental. Las decisiones que tome y las iniciativas que desarrolle pueden favorecer o no que los ciudadanos apliquen todo ese aprendizaje que han hecho en casa. Puede haber personas que no hayan recibido ninguna educación ambiental pero que, sin embargo, respondan a las campañas gubernamentales, aunque esto suele pasar cuando las campañas son coercitivas y se basan en castigos, como multas, impuestos...». En los países nórdicos, añade, donde la conciencia ecológica y medioambiental está más arraigada, «se produce una combinación perfecta entre la educación del ciudadano y la actuación del Gobierno. Es muy importante la educación que uno recibe en casa y a lo que se acostumbra desde pequeño; lo más normal es que esos niños, cuando sean adultos, tengan un comportamiento activo, y a su vez, lo transmitan a sus hijos».

Videojuegos

Apunta Neus Soler que, hasta ahora, «algunos no acababan de ver de una manera palpable el hecho del cambio climático, pero con nuestro confinamiento la naturaleza ha florecido, lo hemos visto y nos hemos dado cuenta de la necesidad real que existe de esto». Vaticina por ello un auge de los 'green influencers' en un futuro muy cercano: «En otros asuntos, como por ejemplo el de los videojuegos –un ámbito tecnológico que cambia con mucha celeridad provocando que lleguen novedades continuamente y la necesidad de conocer trucos–, vemos la enorme repercusión de los 'youtubers', pero en el asunto ecológico no hemos necesitado escuchar a nadie, porque con las cuatro cosas que sabemos pensamos que ya nos arreglamos. Pero la influencia de estas personas va a crecer», profetiza.

Señala movimientos que en Europa ya han empezado a caminar solos y que se iniciaron en las redes sociales, como el británico 'No-Buy Year' ('No compres en un año'), impulsado por gente como Joshua Becker, fundador y editor de 'Becoming Minimalist' (conviértete en minimalista), web que llega a un millón de lectores cada mes y que llama a las personas a vivir con menos posesiones. La experta señala también el movimiento sueco 'Köpskam', que significa tener vergüenza de comprar, especialmente ropa, por lo que ello conlleva para el planeta: «Se trata de un modo de presión a las compañías generado e impulsado por las redes sociales». «A partir de ahora veremos crecer estas iniciativas con conciencia social sobre el medio ambiente y la creatividad en torno a ellas. Personas con capacidad de decirnos qué es lo que debemos hacer, cómo cuidar el planeta, porque ahora somos más conscientes y escucharemos más».

Recrear la London Fashion Week en una tienda de ropa benéfica

Fairforce es una comunidad de profesionales «de corazón ecológico» que busca apoyar a empresas para que se vuelvan más respetuosas con el medio ambiente. El pasado agosto publicó en su web una lista de un centenar de los más importantes 'green influencers' del mundo. Dominada por las mujeres, la encabeza Emma Slade Edmondson, consultora autónoma londinense que ayuda a otras compañías a mejorar sus prácticas para que resulten más ecológicas. Para ello, fundó Charity Fashion Live, un proyecto dedicado a organizar eventos anuales en los que se recrea toda la parafernalia de la London Fashion Week pero en una tienda de ropa benéfica, con el objetivo de promover las prendas 'vintage', de segunda mano...

Le sigue Brian Linton, apasionado del océano y director ejecutivo de 'United By Blue', tienda de vestuario ecológico 'online' que combina la venta de sus productos con la concienciación: organizó una limpieza comunitaria en las playas la semana en que vendió su primera camiseta. «Años después, estamos transportando neumáticos viejos, juntando botellas de plástico y recogiendo los pedazos de espuma de poliestireno que ensucian nuestras costas».

El undécimo puesto es para una pareja sentimental, Brett Love y Mary Gabbett, fundadores de las webs de viajes ecológicos Green Global Travel y Green Travel Media, en los puestos de cabeza de las listas de mejores blogueros de viajes sostenibles. En vigésimo lugar está Lindsay Miles y su web 'Treading My Own Path', donde educa a sus 100.000 visitantes mensuales sobre cómo reducir el plástico.

El número 32 es para Letizia Palmisano, periodista medioambiental, bloguera ecológica y especialista en redes sociales que se dedica a la labor de concienciación en temas 'verdes'. Le sigue Lauren Singer, quien en 'Trash is for Tossers' muestra cómo es capaz de reducir la cantidad de basura de modo que la de los últimos ocho años le cabe en un pequeño frasco de vidrio.

El puesto 70 lo ocupa Kevin J Patel; creció con problemas cardíacos graves por la mala calidad del aire de Los Ángeles, una de las víctimas de la crisis climática. Es activista y fundador de 'OneUpAction', organización que apoya a jóvenes marginados proporcionándoles los recursos necesarios para tomar medidas innovadoras en sus comunidades locales que impulsen un futuro más saludable para todos.

El ambientalista Tim Silverwood aparece en el puesto 38; entusiasta surfista, se convirtió en cofundador de la organización sin fines de lucro 'Take 3 for the Sea', donde propone llevarse tres piezas de basura al salir de la playa o cualquier otro lugar natural que se visite. El atleta indio Ripu Daman anima a recoger desperdicios mientras se hace 'footing', se llama 'plogging'. Y en el puesto 95 se coloca la única española de la lista, Alba Sueiro; al frente de un negocio de turismo sostenible en Cantabria, es autora del blog 'Una vida simple', donde trata temas de sostenibilidad y ayuda a llevar una vida minimalista.

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