Organización vecinal contra el ambigú de La Isla mientras el Ayuntamiento defiende su importancia cultural
La Plataforma en Defensa del Parque de la Isla de Burgos impulsará la declaración de Bien de Interés Cultural del espacio, mientras critica «lo difuso» del proyecto
La noticia de que el bipartito de PP y Vox que gobierna en el Ayuntamiento de Burgos iba a retomar el proyecto del ambigú en el paseo de la Isla no ha sentado bien entre los vecinos de la zona, Distrito Oeste. Para luchar contra este proyecto se han constituido como una plataforma, Plataforma en Defensa del Parque de la Isla, y su actividad ya ha comenzado.
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Mila del Campo, concejala del PP y presidenta del Distrito Oeste, ha recordado que este proyecto para crear un local de espectáculos donde se sirva también bebidas y comida «estaba ya en nuestro programa electoral». Pero la incomodidad entre los vecinos ha surgido ahora tras la comunicación pública de que se retomaba este proyecto paralizado en 2011.
«En febrero de 2024 se reunieron con los vecinos del Distrito Oeste y ahí ya se les dijo que no, pero ahora vemos que siguen con ello, pero es todo muy difuso, no sabemos la zona, no sabemos nada, dicen que no van a talar árboles, pero cómo lo van a hacer si no», explica Céline Martin, portavoz de la Plataforma en Defensa del Parque de la Isla.
500.000 euros
Los vecinos critican el «desprecio» del Ayuntamiento al presupuestar 500.000 euros para este ambigú y rechazar la instalación de unos baños públicos, reclamados durante años, por razones de coste.
La plataforma ya está activa, llevan recogidas más de 1.200 firmas contra este proyecto, y sus acciones continuarán, según explica Céline Martin. Alrededor de esta plataforma no solo hay vecinos de la zona, están muy activos dentro de ella la Asociación de Vecinos San Pedro y Fuentecillas, pero se han sumado a la misma defensores del patrimonio burgalés, ecologistas y usuarios del Hospital San Juan de Dios.
Una de las primeras acciones que realizarán esta misma semana es preguntar en el Pleno municipal una serie de preguntas a Juan Manuel Manso, concejal del Área de Infraestructuras. «Después seguiremos con el reparto de octavillas», asegura Martin. Se repartirán por comercios de la zona y entre los paseantes porque se han percatado de que muchos desconocen de la intención de retomar este proyecto.
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Presentación en rueda de prensa pese al rechazo frontal vecinal
El pasado mes de septiembre la alcaldesa Cristina Ayala y el concejal de Urbanismo, Juan Manuel Manso, presentaron algunos detalles sobre esta instalación que busca dotar de actividad hostelera y cultural el entorno de la Isla. El proyecto ya se planteó en 2011 con la reforma del propio paseo impulsada por el gobierno de Juan Carlos Aparicio, pero no llegó a desarrollarse, los Bomberos, por ejemplo, dictaron un informe contrario. Ahora el equipo de Gobierno de PP y Vox ha decidido retomarlo.
1.200 firmas
La Plataforma en Defensa del Parque de la Isla ha conseguido más de 1.200 firmas contra este proyecto y la campaña continúa.
Mila del Campo, concejala del PP y presidenta del Distrito Oeste, el afectado por este proyecto, no se muestra amedrentada por la creación de esta plataforma y el comienzo de sus actividades. «Hemos venido a hacer cosas, no a estar parados. El proyecto estaba en nuestro programa electoral, pero todavía se tiene que redactar. Pero canalizaremos cuál es el tipo de protesta, si está instrumentalizada para generar ruido o es real por las necesidades del lugar», añade Del Campo.
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El Ayuntamiento continúa
La concejala y presidenta del distrito intenta tranquilizar a los vecinos: «Esto no va a ser una discoteca ni nada que genere problemas, queremos enriquecer culturalmente a la ciudad». «Los vecinos entendemos que hay que reforzar la oferta cultural de la ciudad, pero no así. Se puede fomentar de otra forma, ayudando a las buenas compañías de teatro, con otras opciones», explica Céline Martin.
Mila del Campo asegura que se atenderá a los vecinos, pero adelanta que «no podemos quedarnos parados. Esto estaba en nuestro programa electoral y no se ha engañado a nadie».
Atentado contra el patrimonio
Pero los vecinos creen que el ambigú no solo es un «atentado contra el patrimonio burgalés, no solo es un peligro para el arbolado y las numerosas aves que lo usan como refugio, sino que incumple la propia normativa municipal y autonómica en materia de ruidos. El parque está para lo que está», explica la portavoz de la plataforma.
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La plataforma defiende que el Paseo de la Isla es una joya y «la población burgalesa le tiene mucho cariño». Por la singularidad del lugar, esta plataforma quiere recuperar, por su parte, la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de este jardín histórico creado a principios del siglo XIX en estilo romántico y de carácter patrimonial.
«Ya se intentó la declaración de BIC en 2009 por parte del Colegio de Arquitectos, pero solo se obtuvo el silencio administrativo por parte de la Junta. Hemos estado consultando y creemos que, al no haber respuesta, no hay plazo límite para presentar recurso, por lo que igual no tenemos que empezar el expediente desde cero, igual nos vale con presentar recurso», explica Céline Martin.
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Alterar el patrimonio estético e histórico, romper la tranquilidad del lugar, el impacto ambiental, la privatización del espacio público son algunos de los argumentos contrarios que manifiestan estos vecinos.
Sin talar árboles
La idea del Ayuntamiento es que el ambigú tenga estética modernista y ofrezca servicios de cafetería y restaurante, además de que pueda albergar actividades culturales, fundamentalmente conciertos al aire libre. Se plantea una instalación de casi 150 metros cuadrados, 14 metros de barra, espacios para 45 mesas y varios aseos, así como una terraza que mire hacia el centro.
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Se plantea una inversión de unos 500.000 euros entre la redacción del proyecto y el coste de las obras. La ubicación todavía es difusa, el Ayuntamiento asegura que esperan no talar árboles porque se baraja como lugar un espacio abierto situado en el margen derecho del paseo, a la altura de la calle Lavadores.
un espacio abierto situado en el margen derecho del paseo, a la altura de la calle Lavadores, donde el acceso a las redes de suministro resulta sencillo y apenas habría afección al entorno.
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