Otra vez fuera de plazo

Comienza el tira y afloja. Tras dos meses de espera, el equipo de Gobierno por fin ha presentado el borrador de presupuestos. Y en apenas unas horas han llegado las primeras críticas, elevadas en este caso desde la bancada 'popular', cuyo portavoz, Javier Lacalle, ha criticado que el documento se ha presentado «tarde y mal».

Esa afirmación, que seguramente cuenta con un fundamento sólido, llega, no obstante, por parte de quien fuera alcalde hasta antes de ayer. Y eso llama poderosamente la atención, por cuanto que durante sus mandatos, el Ayuntamiento de Burgos estaba lejos de cumplir el mandato legal en este aspecto. Muy lejos. La ley reguladora de Bases del Régimen Local lo dice bien claro en su artículo 112.4: «La aprobación definitiva del Presupuesto por el Pleno de la Corporación habrá de realizarse antes del 31 de diciembre del año anterior al del ejercicio en que deba aplicarse».

Hace mucho tiempo que Burgos no cuenta con presupuesto municipal en tiempo y forma. Es más, acabamos de comenzar diciembre de 2019 y la ciudad continúa estando amparada bajo el presupuesto de 2017, que se ha prorrogado, no solo uno, sino dos ejercicios. En 2019, de hecho, el PP ni siquiera presentó formalmente el borrador. Ahí es nada.

Esa circunstancia por sí sola debería llamar a la reflexión de unos y otros, no vaya a ser que se normalice una situación cuanto menos criticable. Y, de hecho, esa circunstancia puede ser una de las grandes bazas del PSOE para conseguir los apoyos necesarios de cara a la aprobación de las cuentas.

Veremos, en todo caso, cómo se desarrollan las negociaciones, tanto con el PP como con Ciudadanos y Vox, toda vez que, a priori, el apoyo de Unidas Podemos será relativamente sencillo de conseguir. De momento, Ciudadanos ha dejado la puerta abierta a un posible acuerdo, pero a buen seguro este no será ni fácil ni rápido. Y, a la vista de las fechas en las que nos movemos, Burgos volverá a incumplir la ley. Otra vez. En este caso, con el PSOE en la Alcaldía.