La queja del usuario de silla de ruedas que no pudo subir al autobús urbano, pendiente de las alegaciones
El concejal Leví Moreno explica que el plazo del conductor para presentar alegaciones ante la apertura del expediente todavía no ha concluido. El afecto afirma sentir una «tremenda decepción»
El expediente abierto tras la reclamación presentada en septiembre por un usuario en silla de ruedas, que denunciaba un trato «discriminatorio» y «vejatorio» después de que un conductor de la línea 1 de Gamonal no le dejara subir al autobús urbano en agosto, todavía no se ha resuelto. Está pendiente de las alegaciones que presente el trabajador del Servicio de Movilidad y Transportes (Samyt), que está en plazo para presentarlas.
Publicidad
Así lo explica el concejal de Movilidad y responsable del Samyt, Leví Moreno, quien asegura que la queja sigue tramitándose, «pero el plazo para el conductor no ha concluido». Es parte del procedimiento, investigar lo ocurrido, y cuando se reciban las alegaciones y se estudien, se resolverá el expediente. Será entonces cuando se sepa si se impone algún tipo de sanción al conductor.
Y también será ese el momento en el que se comunique la decisión al afectado, quien dice sentirse «tremendamente decepcionado« pues han pasado los tres meses reglados para responder a su reclamación sin que haya recibido ninguna comunicación. Los hechos ocurrieron en agosto y Marco Antonio, el burgalés afectado, presentó la queja en septiembre. El Samyt abrió expediente el día 22 pero todavía no se ha resuelto.
Tampoco se ha comunicado nada a Marco Antonio, que ve como «única opción» presentarse en el pleno del Ayuntamiento «a dar guerra». Y es que quiere una respuesta ante lo que considera un trato «discriminatorio, humillante y vejatorio». El conductor no solo no le dejó subir al autobús, alegando que no podía hacerlo con su silla de ruedas, sino que además le cerró la puerta sin aceptar explicaciones, según la denuncia.
Interpretación de la Ordenanza Municipal
Los hechos tuvieron lugar el 20 de agosto. En la parada de la Avenida del Arlanzón del autobús de la Línea 1, Marco Antonio solicitó acceso a través del botón exterior, que sirve también para indicar que se necesita rampa para subir, en su caso, con la silla de ruedas. La rampa se activó pero, de repente, paró y se volvió a guardar, lo que Marco Antonio achacó a un fallo mecánico, habitual en los buses.
Publicidad
Se acercó a preguntar al conductor y, según la queja presentada en el Samyt, este le dijo «de manera bastante soberbia y prepotente» que ese «vehículo» (por su silla de ruedas) no podía subir al autobús. Marco Antonio le explicó su situación e intentó enseñarle su certificado de discapacidad, pero el conductor cerró la puerta y se marchó. Y todo delante de varios testigos, recuerda Marco Antonio.
El siguiente bus que pasó sí que pudo cogerlo y, hablando con el conductor, entendió que el problema podría radicar en la interpretación de la nueva Ordenanza de Movilidad, sobre el acceso con algunas sillas de ruedas especiales. Dudas que, en teoría, se han resuelto con la modificación introducida en el texto, para que no vuelva a ocurrir lo sufrido por Marco Antonio.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión