Callejeando por Burgos

El céntrico pasaje de Burgos dedicado al padre de la Evolución

Una pequeña calle en el centro de la ciudad recuerda al paleontólogo que descubrió los primeros hallazgos de la evolución humana en la sierra de Atapuerca

Miércoles, 17 de septiembre 2025, 07:32

Un pasaje que comunica la calle Miranda con el paseo Sierra de Atapuerca lleva el nombre de Emiliano Aguirre, quizá el investigador más sobresaliente del ámbito de la paleontología en el último siglo. Precisamente, en octubre de este año 2025 cumpliría 100 años.

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Emiliano Aguirre es el padre de la evolución humana y a él el Ayuntamiento de Burgos le concedió una calle que bien podía haber sido una avenida o una calle más singular, en lugar de un pasaje con poca historia.

Emiliano Aguirre nació Ferrol en 1925 de manera circunstancial porque su familia vivía en Madrid. Aunque su vocación inicial fue la religiosa, pronto descubrió que las ciencias naturales eran su mundo y en 1955 obtuvo el premio extraordinario en la licenciatura de ciencias naturales. Pero fue a partir de los años 60 cuando, en el departamento de paleontología de la Universidad Complutense, se interesó por la evolución, el origen y la antropología. Posteriomente, la revista Science publicó un resumen de su tesis doctoral con su cátedra de paleontología en la Universidad de Zaragoza; y obtuvo el primer proyecto de investigación en los yacimientos de Atapuerca.

Desde 1978 hasta 1990 fue el director de los sucesivos proyectos de investigación de Atapuerca y, fruto de ello, recibió junto al equipo de investigadores el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1997.

Fue el primer paleontólogo en descifrar la importancia del enclave burgalés y dedicó gran parte de su vida a poner en valor un yacimiento que en la actualidad se considera uno de los lugares más importantes del mundo para el estudio de la evolución humana.

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Se jubiló en 1990, pero continuó su actividad con publicaciones sobre hombre fósil y yacimientos paleontológicos, organizando cursos, conferencias y simposios internacionales sobre evolución humana. Entre otras distinciones, se le concedió en 1999 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Fue investido doctor honoris causa por las universidades de La Coruña (2001) y Burgos (2006).

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