Los dulces más típicos de Los Santos que puedes degustar en Burgos
Burgosconecta se acerca a conocer cuatro pastelerías de la capital para probar los postres más típicos y tradicionales de estas fechas
El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es muy especial en España, tanto los días previos como los siguientes a este primero de mes. La festividad está ligada a los difuntos, personas que se recuerdan día tras día, pero en estas fechas con mayor intensidad. Los cementerios se transforman en un jardín de flores de diferentes colores, pero también se convierte en un periodo muy gastronómico.
Los dulces típicos del Día de Todos los Santos se pueden degustar en la mayoría de las pastelerías de Burgos. Esta es una ocasión para honrar a los seres queridos a través de sabores que evocan recuerdos familiares, como los huesos de santo, buñuelos o panellets. Cada establecimiento pastelero burgalés tiene su propia receta y secreto para la elaboración de estos postres.
Además, cada región tiene sus propias costumbres durante esta festividad, pero si algo une a todas, es la comida. La mayoría de comunidades españolas elaboran sus manjares tradicionales, que se llevan elaborando desde cientos de años atrás. Esto consigue que estas fechas sean tan señaladas, tanto por el recuerdo, como por las tradiciones que nos recuerdan el poder de la gastronomía para mantener vivas las tradiciones.
La mayoría de las confiterías burgalesas llevan días vendiendo y elaborando estos pasteles. Muchos de sus clientes los encargan para no quedarse sin ellos en el Día de Todos los Santos. Las vitrinas y escaparates de las pastelerías están engalanadas con los típicos huesos de santo. El sabor clásico es el de yema, aunque muchas pastelerías han optado por innovar y crear sabores nuevos.
Otro de los postres de esta época son los buñuelos que, dependiendo de cuándo lo saca a la venta cada establecimiento, podremos adquirirlos un poco antes del 1 de noviembre o ese mismo día. Estas son cuatro de los comercios pasteleros que elaboran los dulces de esta festividad.
Loste
Esta pastelería burgalesa prepara, año tras año, los dulces más típicos de cada época del calendario. Se ubica en avenida del Cid Campeador, número 36, lugar en el que sirve a sus clientes pasteles de todo tipo que, además, pueden disfrutarse en el mismo establecimiento burgalés.
Sin embargo, esta no es la única característica de este local. Mientras desayunas un bollo, palmera, tostada o pincho de tortilla con tu café, zumo o bebida que prefieras, también puedes comprar el pan y llevártelo a casa en ese mismo momento.
La comodidad de este negocio destaca junto con los numerosos postres en sus vitrinas, esta vez, los más destacados son los huesos de santo. La gran variedad de sabores y de colores de este dulce ha hecho que esta pastelería sea uno de los establecimientos referentes en esta época del año.
Albaricoque, manzana, naranja, fresa y, el tradicional, de yema, son los sabores entre los que puedes escoger. Otro de los postres destacados en estas fechas son los buñuelos rellenos de nata o de crema, los cuales se pueden catar en este local a partir del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos.
Sin embargo, durante el año también se podrán comprar buñuelos de diferentes sabores. Pero estos postres adquieren mayor importancia durante el penúltimo mes del año.
Dieste
Es una empresa familiar con más de 50 años de experiencia en la elaboración de dulces para burgaleses y visitantes. A los productos de primera se les suma la elaboración artesanal. Toda la repostería de este negocio está hecha a mano y horneada al estilo tradicional.
Por ello se ha posicionado como una de las pastelerías más importantes de la localidad de Burgos. Dieste cuenta con varias especialidades dentro de su obrador y tiendas, pero los más reconocidos son sus dulces típicos, hojaldres y pastas artesanales.
La capital tiene entre sus calles dos pastelerías bajo este nombre, una ubicada en la calle Barrio Gimeno y otra en la avenida del Cid Campeador.
Si hablamos de los dulces típicos que causan admiración de este local, hay que hablar de los huesos de santo, especialidad que se pone en valor año tras año. Este año, la empresa burgalesa ha sacado a la venta cinco sabores distintos de este postre: café, chocolate, yema, nata y crema, rellenos que usan para muchos de sus pasteles y bombones, producto muy cuidado de la pastelería.
Con los buñuelos más de lo mismo, el cuidado a la hora de la fritura destaca por su sabor y suavidad cuando se come. Tras la elaboración y fritura de la masa, es momento de rellenarlos y Dieste los completa con nata y crema elaboradas artesanalmente.
Tras más de 50 años en la capital, la pastelería Dieste es una de las más aclamadas por los burgaleses. Ya son muchos los que se han acercado hasta sus locales para encargar sus postres y dulces para endulzar los días de la festividad de Todos los Santos.
Silma
Se fundó en 1956 y ya han sido tres las generaciones que se han sucedido, siguiendo la tradición familiar donde lo importante es la calidad. En su obrador generan los 365 días del año un producto artesano, producido por personas. La importancia de su tierra la transmite a través de sus dulces.
Uno de los postres más representativos de Silma es el bastón del peregrino, que demuestra la importancia del Camino de Santiago en Burgos y los numerosos visitantes que se acercan a esta pastelería para catar más de medio metro de hojaldre cubierto de chocolate.
Sus productos XXL pueden ser lo que más llama la atención del establecimiento pero no se quedan atrás los postres típicos de esta festividad, los huesos de santo y los buñuelos. Ambas elaboraciones las cocinan en su obrador cada año. Los sabores de ambos productos están cuidados para que al meter el dulce en la boca la explosión de sabor se note al instante.
Nata y trufa son las combinaciones que ha elegido esta pastelería para rellenar sus huesos de santo. Este 1 de noviembre no podía estar sin sus tradicionales buñuelos, por eso tiene en su vitrina diferentes sabores para el relleno de estos dulces artesanales.
Silma es actualmente la tercera pastelería más antigua de Burgos y gracias a la innovación de sus productos cada día ha sabido crear elaboraciones que encantan a niños, jóvenes, adultos y mayores. Tanto es así que amantes de la gastronomía de diferentes lugares del mundo se han acercado hasta allí a probar sus novedades.
Juarreño
La ciudad de Burgos guarda entre sus calles varios establecimientos hosteleros y cuatro de ellos llevan el nombre de Juarreño. Confitería que fue fundada en 1936 y que, desde entonces, continúa con la tradición de elaborar en cada festividad los productos típicos de esta. Todos sus locales se ubican en diferentes puntos de la capital. Uno de ellos se sitúa en la plaza Mayor. A unos metros de este, en los soportales de Antón, se ubica el segundo local.
Si nos alejamos un poco del centro se encuentra un tercer establecimiento, más en concreto en la calle de la Concordia, y por último, en el barrio de Gamonal, está el cuarto establecimiento, en la calle Vitoria 182.
Este histórico establecimiento provee a todos sus clientes de los mejores dulces de la provincia. La importancia que le dan a la tradición y a la artesanía se percibe en todos sus productos como, por ejemplo, en los postres de estas fechas, los huesos de santo, buñuelos, empiñonados y almendrados. Aunque estos no son los únicos dulces con fechas subrayadas en el calendario, las torrijas es uno de los productos estrella de este establecimiento en Semana Santa.
Los buñuelos rellenos de nata o de crema son los que causan admiración al probarlos. La elaboración en el mismo día hace que el producto sea fresco y con el sabor de toda la vida. En el caso de los huesos de santo, el sabor del relleno es más extenso. Yema, chocolate, frambuesa y praliné son los aromas que ha elegido la pastelería Juarreño.
A estos tradicionales se le unen los empiñados y almendrados. Bolas de azúcar con piñones o con almendras troceadas. Unos de los postres más representativos de la zona este de la península, pero que el Juarreño los ha traído a las tierras castellanoleonesas.