Lucía Echevarrieta, presidenta de AJE Burgos
«En España falta cultura emprendedora»La nueva presidenta de AJE, Lucía Echevarrieta, reclama faciltiar la burocracia y rebajar la presión fiscal sobre las empresas de nueva creación. Considera que Burgos es una ciudad emprendedora
Lucía Echevarrieta lleva ya años ligada a la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Burgos, pero semanas atrás decidió dar un paso al frente y tomó el relevo de Álvaro Peso al frente del colectivo. Un colectivo que está para ayudar y asesorar a todos los emprendedores burgaleses, que los hay, y muchos y buenos, según defiende. Y eso a pesar de las dificultades que entraña poner en marcha un negocio en España. De todo eso y más habla con BURGOSconecta.
Pregunta.- Ya formaba parte de la anterior Junta Directiva. ¿Por qué decide dar el paso?
Respuesta.- Estas elecciones han sido un poco sobrevenidas porque en los últimos tiempos la asociación ha tenido una situación complicada. Álvaro (Peso) tuvo que marcharse de Burgos por motivos personales y no podía seguir asumiendo las funciones de presidente. Durante este tiempo ha sido Mario (Pérez) el que las ha asumido en calidad de presidente en funciones. Eso, evidentemente, condicionaba el trabajo interno. En todo caso, y a pesar de que ya estaba en la junta directiva, no me postulé personalmente, sino que se me propuso porque se entendía que quizá por mis circunstancias profesionales y personales sí que podía asumir el compromiso.
También continúan varias personas de la anterior Junta Directiva. ¿Eso significa que habrá continuidad?
Sí y no. Por ejemplo, Mario va a estar ahí. Ha sido la cara visible durante estos meses y va a ser mi mano derecha. Pero luego hemos decidido crear una nueva estructura y hemos creado una figura nueva, que es la de director ejecutivo, que será precisamente Mario, que se va a encargar de controlar todo lo que se hace en la asociación junto conmigo.
Y luego también hemos creado cinco comisiones de trabajo específicas en torno a diferentes materias: la de Comunicación y Difusión, la Económica, la de Formación, la de Negociado y Alianzas y la de Ámbito Rural.
A priori, llama la atención esta última.
Sí, queremos dar un impulso en este sentido. En el último año, de la mano de Sodebur, hemos hecho seis encuentros en toda la provincia que han resultado ser un éxito. Hemos visto que hay muchísima gente en los pueblos que quizá no tiene acceso a ciertos recursos, a ciertas entidades, y nosotros hemos ido allí, les hemos conocido, les hemos dado voz y algunos han acabado entrando en la asociación.
«Queremos dar un impulso al trabajo en el ámbito rural»
¿Ese desconocimiento es porque la asociación no se había acercado lo suficiente al ámbito rural o porque ahora hay más dinamismo?
Creo que un poco por las dos cosas, pero sí que es cierto que en los últimos tiempos hemos visto una tendencia creciente de gente que se va de la ciudad al pueblo. Tenemos constancia de familias enteras que vivían en grandes ciudades como Barcelona, lo han dejado todo, han ido al pueblo y han empezado un negocio ahí. Que llegue alguien joven a los pueblos, sobre todo a los más pequeños, ya sea por ser el hijo o nieto de alguien de allí, es estupendo. Evidentemente, más allá de eso hay un poco de todo y en el entorno rural de Burgos también tenemos grandes empresas. En todo caso, sí, estamos notando ese crecimiento y queremos estar ahí, apoyando a esos jóvenes emprendedores que tienen el mismo derecho que todos los demás acceder a nuestros recursos.
¿Qué tal funciona el Espacio Emprende y el Vivero? En los últimos años se ha ampliado la oferta de instalaciones de ese tipo en Burgos.
Que haya mucha oferta de este tipo de servicios es muy bueno. Al final, el usuario puede elegir. Bendito problema. En nuestro caso gestionamos el Espacio Emprende desde hace muchos años en virtud del convenio con el Ayuntamiento. El Vivero no lo gestionamos, pero estamos en la misma sede, lo que genera mucho movimiento. En el Espacio Emprende, lo que hemos detectado en los últimos años, a raíz de la pandemia y seguramente por la pandemia, es que mucha gente ha tomado la decisión de emprender un negocio. Bien sea por circunstancias laborales o personales, lo cierto es que la gente se está animando y hemos recibido mucho interés por el asesoramiento que ofrecemos, desde el plan de empresa, el apoyo fiscal, los cursos y talleres que organizamos
Tras la crisis del ladrillo se observó el fenómeno del emprendimiento por obligación. ¿Han detectado lo mismo tras la pandemia?
El emprendimiento tiene un lado oscuro. Tienes que tener recursos económicos, contar con un plan de empresa, un estudio de viabilidad, saber qué es lo que tienes que hacer, dónde tienes que hacerlo, qué tipo de forma jurídica dar a tu negocio… A partir de ahí, yo creo que durante el covid tuvimos más tiempo y ahorramos más, y ese escenario fomentó que surgieran ideas. Yo creo que todos tenemos un lado emprendedor y a veces solo hace falta recibir un empujoncito, que hasta cierto punto lo dio el covid.
«El emprendimiento también tiene un lado oscuro»
Eso es precisamente lo que queremos fomentar, animando a los jóvenes con charlas en colegios para que no salgan de allí con la idea de trabajar por cuenta ajena o ser funcionario. Que no está mal, pero por desgracia todo parece encaminarse hacia esas opciones.
Lo que está claro es que el covid aceleró la digitalización y ahí han aparecido nuevas oportunidades, ¿no?
En parte sí. Todos nos hemos tenido que amoldar a estas nuevas tecnologías. En mi sector, por ejemplo, lo de los juicios telemáticos era impensable y ahora se ha medio quedado. Esa digitalización ha abierto la puerta, por ejemplo, a muchas empresas de marketing digital, que han nacido, entre otras cosas, porque ha habido mucha más demanda.
Otra derivada de la pandemia ha sido ese movimiento de relativización del trabajo.
Ese cambio de chip lo tuvimos todos, pero también creo que se nos ha olvidado. Durante la pandemia estábamos todos agobiados y asustados, y creo que empezamos a valorar más el tiempo, la vida, las personas. Aparte, el tiempo que pasamos encerrados hizo que la mente funcionara y se creasen ideas de negocio. Yo me inventé como 20 o así. Pero luego, ¿cuántas hemos llevado a cabo? Al final, todos volvimos a la rutina, hemos vuelto a llegar a las 11 a la cama y nos hemos dado cuenta de que nos ha atropellado el día.
¿Falta cultura emprendedora en España?
Yo creo que sí. En muchos casos, o lo ves en casa o no te lo planteas de manera natural. Al final, no todo el mundo está hecho para emprender. O sabes los pros y los contras o no te lanzas. Yo siempre he tenido esa cultura empresarial, pero entiendo la otra parte. De hecho, muchas veces me digo a mí misma qué vida más tranquila y bonita tendría si no me metiese en estas cosas (risas).
«En muchos casos, o lo ves en casa o no te lo planteas de manera natural»
Pero no podemos compararnos con países como Estados Unidos, por ejemplo, donde sí existe una mentalidad emprendedora muy arraigada. Allí todo el mundo quiere hacer negocios y cuando hablamos de ello, todos pensamos en grandes empresas como Amazon o Facebook, pero en muhcos casos, esas empresas empezaron literalmente en un garaje, con un inicio muy difícil y sacrificado.
De hecho, quizá sea ese el reto, ayudar a que las empresas sean más grandes, ¿no?
Exacto, las micropymes son las que realmente soportan todo en España con mucho esfuerzo. Y ojo, que quizá el sueño del dueño de esa empresa sea tener su mercería, su panadería o su zapatería. Hay personas que se conforman con tener su pequeño espacio y no liarse más. Ahí ya depende del objetivo de cada uno, pero luego hay otra gente que quiere avanzar y ampliar su negocio y hay que ayudarlos. Lo que pasa es que en España la presión fiscal es brutal y frena mucho en esos primeros momentos. A nada de que quieres crecer o facturar un poco más de la cuenta, es asfixiante.
A LA ÚLTIMA
¿Hay que reformar la figura del autónomo?
Sin duda. Normalmente todas las personas las que emprenden lo hacen con la fórmula de autónomo: tú te lo guisas tú y te lo comes. Si tienes un socio, igual creas una SL pequeñita, que al final es lo mismo, porque lo que no pagas por un sitio lo pagas por el otro. En otros países, según generas, vas pagando. Aquí sin embargo existe una cuota fija independiente de lo que factures. Sí que es cierto que existe una bonificación cuando se inicia la actividad, pero dura muy poco. Eso frena mucho, porque empiezas a hacer cuentas y resulta que tienes que pagar autónomos, el local, los suministros, a los distribuidores… Y eso agobia.
¿Y cuál sería la solución?
No lo sé, pero quizá pase por disminuir la presión fiscal durante los primeros, no sé, cinco o diez años, que es el tiempo que tarda en rodar de verdad una empresa y saber si funciona o no.
Más allá del tema fiscal, ¿Qué otros retos ha de afrontar una persona cuando arranca?
Quizá la falta de información. Al final, tú puedes tener una idea increíble, pero no tienes ni idea de como desarrollarla. Estás perdido. Lo que hay que hacer entonces es informarte de dónde tienes qué ir, que administraciones tienes que visitar, dónde tener un asesoramiento fiscal, cómo hacer un plan de empresa, un plan económico… Eso es fundamental y la verdad es que la gente no suele hacerlo, lo que implica que a veces en medio año muera la empresa. Para eso precisamente estamos en la asociación, para dar esa información y ese asesoramiento; para allanar lo máximo posible ese camino inicial que ya da bastante miedo por sí mismo.
«Tú puedes tener una idea increíble, pero no tienes ni idea de como desarrollarla»
¿Burgos es una ciudad emprendedora?
Pues yo creo que sí. De hecho, la asociación ha crecido en los últimos años y este 2025 se presenta muy bien, con varios negocios nuevos. Yo creo que, en general, en Burgos somos valientes en este sentido.
¿Y es buena plaza para emprender?
A ver, es una ciudad cómoda, tiene todos los servicios y tiene todo cerca. Eso facilita mucho el boca a boca, que es muy importante cuando empiezas. Además, existe una red de apoyo con asociaciones, administraciones y entidades dedicadas a ayudar a los emprendedores.
Pero existe una evidente fuga de talentos, fundamentalmente a Madrid.
Sí, pero ahí entramos en un terreno más amplio. No sólo hablamos de emprendimiento, sino de trabajo por cuenta ajena, y muchas veces está determinado por el propio sector, lo que hayas estudiado o a lo que te quieras dedicar. Si quieres hacer, no sé, ingeniería espacial, evidentemente aquí no lo podrás hacer, pero igual un ingeniero industrial sí que tiene aquí bastantes opciones. En todo caso, eso ya depende de la capacidad y presencia de grandes empresas, y con Madrid no podemos competir en ese aspecto.
¿Se han eliminado ya todas las barreras de acceso a la financiación que había años atrás?
Sí. Hay más facilidades y ahora, además, se han asentado otras fórmulas diferentes a las tradicionales, con figuras como el crowfunding, que se está vinculando mucho a las nuevas tecnologías. Ahora nos hemos abierto al mundo y te puede financiar tu negocio, yo qué sé, un chino, y eso antes era algo impensable. Aparte, el capital no es el mismo ni las condiciones son las mismas. Los propios bancos se han actualizado y en muchos casos han creado entidades que financian proyectos empresariales con la característica de que ellos también participan en ellos, por lo que son los primeros interesados en que vaya bien.
A menudo parece que la ayuda de las administraciones llega sin coordinación, que cada una hace la guerra por su cuenta, ¿no?
Puede ser, pero el principal error no creo que sea ese. En realidad creo que el error es la falta de difusión de esas ayudas y recursos por parte de la administración. Yo, de hecho, me estoy enterando ahora de muchas líneas de ayuda porque estoy en el lugar en el que estoy. Si no estás atento, de muchas de estas cosas ni te enteras. Por ejemplo, en el ámbito rural hay muchísimas líneas de ayuda de las que a menudo no se tiene conocimiento.
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¿Y qué le pediría a las administraciones?
Que todo fuera más sencillo, sobre todo en el aspecto burocrático. Que hubiera una conexión interna entre todas las administraciones y se pudieran hacer todos los trámites en un mismo sitio. Y no sólo estoy hablando desde el punto de vista del emprendimiento o la empresa, sino de la sociedad en general. Bueno, eso y que se rebaje la presión fiscal, claro. Por pedir…
¿Qué mensaje le trasladaría a alguien que se está pensando seriamente emprender?
Que todo tiene sus luces y sus sombras, pero poner en marcha una idea y un proyecto propio es muy bonito. Se trabaja con más ganas e ilusión, y cuando ves que las cosas salen bien, es muy gratificante. Eres tu propio jefe, tienes tus honorarios, tú te lo controlas y tú te lo comes, pero también tienes unas responsabilidades cuando tienes a otras personas que dependen de ti. Es bonito, pero también sacrificado.
A partir de ahí, sí que me gustaría animar a la gente a que desarrolle sus ideas y ponga en marcha sus proyectos. ¿Quién sabe? Igual aparece un Steve Jobs en Burgos en unos años. No todo está inventado.
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