Francisco, el último obispo de Auca, la primitiva diócesis de Burgos
La diócesis de Burgos llora la muerte del Papa que revolucionó la fe y prepara actos solemnes para despedir al pontífice
Cuando la diócesis de Burgos celebra el 950 aniversario del traslado de la sede episcopal de Oca a Burgos, previo paso por Gamonal, fallece el último obispo que tuvo la primitiva diócesis de Burgos.
Jorge Mario Bergoglio fue obispo de Auca de 1992 a 1998. De aquella diócesis solo queda un pequeño testimonio en la ermita de Nuestra Señora de Oca, en Villafranca Montes de Oca; cuando Bergoglio fue ordenado obispo, tenía que tomar el nombre de una diócesis porque el Código de Derecho Canónico establece que cada obispo debe ser titular de una.
En el caso de los auxiliares, el Vaticano les incardina en una diócesis ya desaparecida e histórica, caso de Oca. En esa época, Bergoglio era obispo auxiliar de Buenos Aires y arzobispo coadjutor de la misma diócesis. Por eso, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de la diócesis de Oca.
Francisco ha muerto este lunes, en la Pascua, en la fiesta de la Resurrección de Jesús, una fecha tremendamente significativa para las comunidades cristianas que tienen en la Pascua el eje fundamental de la fe.
En la jornada de ayer, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, presidía en la catedral la solemne misa estacional del Domingo de Pascua. En su homilía proclamaba con alegría la victoria de «Cristo sobre la muerte, el Señor ha vuelto a una vida nueva, a una vida plena» y que su resurrección «es una fiesta para toda la humanidad». Por eso la fecha de la muerte de Francisco está rodeada de un significado especial.
Una de las últimas visitas a la Ciudad Santa de colectivos de Burgos fue la de los seminaristas. En esa jornada, en abril de 2024, Francisco invitaba a los seminaristas de Burgos a llenar la «tierra vaciada de Dios». Era una llamada de atención doble, por un lado, la de no abandonar una tierra en la que ya no hay curas y por otra a que las personas que no tienen acceso a una simple misa dominical, puedan tener la oportunidad hacerlo.
Un año después, Francisco ha entregado su vida. La diócesis de Burgos prepara la misa que se celebrará por su eterno descanso mientras los católicos burgaleses confían en la resurrección.