Un gestor dialogante, de trato cercano y respetuoso

La llegada de José María Romo (Burgos, 1957) al Hospital Universitario de Burgos ha sido turbulenta. Sin quererlo, el médico burgalés se ha convertido el protagonista de una causa política que, de momento, solo ha conseguido exaltar aún más los ánimos en el centro hospitalario. La destitución de Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso como director gerente del HUBU ha levantado en armas a los jefes de Servicio y a Romo Gil le tocará ahora, desde la Gerencia, ganarse la confianza de los trabajadores y reconducir el malestar para con la Consejería de Sanidad.

Y los que lo conocen, afirman, que tiene muchas opciones de salir victorioso. Este licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid tiene a sus espaldas 36 años de experiencia profesional, sobre todo en gestión sanitaria.Arrancó en Burgos, primero como médico y luego ya en ámbitos técnicos. Ha pasado por las gerencias del Río Hortega de Valladolid, el Santos Reyes de Aranda de Duero, el Santiago Apóstol de Miranda de Ebro, Ponferrada y La Rioja.

También se encargó de la dirección médica en el Complejo Asistencial de Palencia, asumiendo la unificación del hospital Río Carrión y el provincial San Telmo. Y fue director técnico de la Dirección General de Asistencia Sanitaria de Castilla y León, entre otras responsabilidades de dirección y gestión en la Sanidad regional, y ha participado en instrumentos de mediación, como la Unidad de Mediación de la Gerencia Regional de Salud.

Y, en cada uno de sus cargos, ha destacado siempre por su buen talante, su espíritu dialogante y su coherencia. Su perfil le define como un profesional muy cercano, dicen los que le conocen, de fácil trato y respetuoso con los compañeros, así que en el HUBU se espera que mantenga ese prestigio como hombre mediador y de consenso. Y que apueste por la participación de la plantilla en la toma de decisiones

Romo Gil es, además, un hombre interesado en la gestión clínica y, sobre todo, en la calidad asistencial. Con conocimientos muy actualizados en gestión y documentación clínica, que ahora tendrá que poner al servicio del HUBU, dentro de un proyecto de Sanidad destinado a modificar la organización del sistema en Castilla y León, que ha arrancado, dicen, en Burgos con el cambio de la gerencia.

Conocimiento del área de Salud de Burgos no le falta, si bien la plaza es un caramelo envenenado. Tendrá que afrontar los problemas del HUBU, de índole político y no solo médico, a los que quién sabe si afectará su vinculación, pasada, con el PSOE (fue en las listas municipales al Ayuntamiento de Burgos en 2011). Y los derivados de la falta de profesionales, que afecta también a los comarcales de Aranda y Miranda, que caerán ahora, de modo tangencial, bajo su responsabilidad.