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Las diez noticias imprescindibles de Burgos este jueves 4 de diciembre
Eliana Greca y Verónica Calderón. Ruth Rodero

Nueva vida para jóvenes refugiados de Ucrania en la Universidad de Burgos

El programa UBU Refugio es una iniciativa pionera de la UBU que busca la integración académica de los estudiantes ucranianos, su acogida familiar y el apoyo público y privado a una iniciativa que el primer año acogió 22 personas refugiadas, 18 el curso pasado y 17 en el 23-24, entre estudiantes y profesores

Jueves, 19 de octubre 2023, 07:51

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La Universidad de Burgos es mucho más que un centro en el que se imparten conocimientos a estudiantes. Su vertiente social es muy importante y pensando en ello, desde 2020, antes del inicio de la Guerra en Ucrania, la UBU lanzó un programa para acoger a personas refugiadas que quisieran continuar sus estudios en España

La vicerrectora de Internacionalización y Cooperación, Ileana Greca, apunta que la Universidad de Burgos fue «pionera en la puesta en marcha de este servicio». Así que cuando saltó el conflicto en Ucrania, en la Universidad estaban ya preparados para empezar a acoger estudiantes. La guerra se inicio el 24 de febrero de 2022 y la UBU, «el Día de Doctor, en marzo, el rector -Manuel Pérez Mateos- anunció que iba a acoger estudiantes de Ucrania», recuerda Greca.

La idea inicial, apunta la vicerrectora de Estudiantes, Verónica Calderón, es que fuera «una acogida integral», es decir, que las personas refugiadas llegaran «a estar en una familia, con unos estudiantes, en una facultad, e intervenir en todos los aspecto salud, idioma, aspectos legales… por eso funcionó desde el principio».

Greca recuerda también que, si bien Burgos no es pionera en la iniciativa (Cataluña ya lo hacía) sí lo es en «la integración en los estudios». Hay que tener en cuenta que los estudiantes llegaron con un semestre ya iniciado. Y pudieron en Burgos «continuarlos, que era el objetivo».

Tanto fue el éxito de la iniciativa que llegaron a tener hasta mil solicitudes en acogida, apunta Calderón. A partir de ahí hubo mucho trabajo por realizar por «problemas logísticos». La UBU, además, no tiene muchos programas en inglés y algunos de ellos «eran estudiantes de Medicina, que no tenemos», reconoce.

Aun así, «fue todo un éxito. No sólo acabaron su formación ese año, sino que además algunos han continuado», detalla Calderón. El primer año tuvieron 22 estudiantes. Durante curso 2022/2023, el programa admitió a 18 estudiantes de origen ucraniano - 14 de grado, dos de máster y dos de doctorado -; 13 continuaron sus estudios en la Universidad de Burgos, a los que se sumaron cuatro nuevos estudiantes, algunos procedentes de países como Venezuela o Argelia. Este curso académico la UBU acoge a 17 estudiantes.

De la primera hornada de 2022, «hay estudiantes que están terminando un máster y alguna persona, está ya en cursos de doctorado». Hay estudiantes de todo tipo de titulaciones. «En todas las áreas de conocimiento hay o ha habido estudiantes de Ucrania» del programa UBU Refugio. A estas personas se les asignaba «un tutor de la facultad para que siga su día a día», apunta Calderón; y también «estudiantes voluntarios que acompañan a los acogidos», subraya Greca.

Tuvieron casi 70 estudiantes interesados en realizar ese acompañamiento «lo que demuestra lo completo que es el programa». Y las familias de acogida «que son fundamentales» porque los acogidos llegaban casi en estado de shock y con la vida patas arriba por la guerra. «Las familias realizaron esa labor necesaria más allá de lo académico».

Inicialmente todos estuvieron en familias de acogida: «familias de estudiantes, profesores, del programa Intergeneracional….». El proceso de selección «fue muy cuidadoso», recuerdan las vicerrectoras.

Los jóvenes estudiantes se mantuvieron durante el verano del año 2022. La previsión era que la guerra terminase, pero no fue así. Así que los costes para las familias de acogida se multiplicaban y desde la UBU se pidió ayuda para financiar el programa y la respuesta desde las administraciones fue muy valorada. Por ejemplo la Diputación ofreció la residencia universitaria de San Agustín para los cursos venideros.

El programa también estaba dirigido a profesores. El primer año tuvieron la presencia de dos docentes de Filología. Fueron contratados y trabajaron como profesores e intérpretes.

Ayudas

Los estudiantes llegaron como Erasmus, gracias a la aportación de entidades públicas y privadas, y becas del Ministerio o de la Junta o de la propia Universidad.

Recibieron ayudas de Construcciones González Alonso S.A.; Cátedra Francisco González Alonso; Fundación Carlos Sunyer; Fundación Gutiérrez Manrique,la colaboración de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León -que ofrece plazas en la Residencia Universitaria Gil de Siloé, y la Diputación Provincial de Burgos que pone a disposición de estos estudiantes plazas totalmente gratuitas en la Residencia Universitaria San Agustín-

La colaboración con este programa puede realizarse a través de diferentes vías, ya sea como familia acogedora, como voluntaria en el grupo de acogida, ofreciendo apartamentos en alquiler a un precio reducido o realizando donaciones para sufragar los gastos del Programa.

La Universidad de Burgos ha puesto en marcha su programa UBU-Refugio con el que pretende dar acogida a 50 estudiantes de origen ucraniano interesados en continuar sus estudios universitarios y a 10 profesores que desean continuar como personal contratado en la Universidad de Burgos con su docencia e investigación.

Casos concretos

Ileana Greca recuerda el caso de dos chicos que tenían que llegar a España en la Semana Santa de 2022. La población joven masculina tenía casi la obligación moral de quedarse en Ucrania para ser reclutado. Los dos jóvenes de esta historia tenían que llegar a Burgos. Y nadie sabía qué podía pasar con ellos, pues necesitaban una tramitación administrativa. Pudiera ser que en la frontera, en la salida de Ucrania, los hubieran retenido para alistarlos.

El miedo y la incertidumbre se apoderó a Ileana Greca y su equipo. Nadie sabía que pasaba con ellos. Y era, no sólo una responsabilidad grande de la vicerrectora, sino de toda la comunidad universitaria y un problema de seguridad. Angustioso… Por fortuna, llegaron a la ciudad.

Y las personas acogidas, más allá de shock y el impacto de la guerra, «estaban agradecidas pero sin saber qué era de su familia», recuerda Greca. A muchos de ellos «fueron sus padres los que les empujaron a venir a España». Su sentimiento era «que habían huido», detalla Calderón; «por eso hubo personas que se volvieron».

La relación de la UBU con las organizaciones de ayuda son muy estrechas. En este sentido, más allá del programa UBU Refugio, la Universidad participa en otro programa, 'Mujer por África' del Ministerio de Igualdad.

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