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El día 28 de diciembre está dedicado a los Santos Inocentes. Sin embargo, en Burgos también se celebra una tradición entrañable: la del Obispillo. Una celebración que se remonta al siglo XIV y que, en este 2024, ha investido al niño Miguel Puebla.
Miguel ha sido escogido por su compañeros de la escolanía de los Pueri Cantores. En la soleada mañana del sábado 28 de diciembre, el pequeño ha sido investido en el convento de las Salesas y después ha visitado al arzobispo de Burgos, Mario Iceta. Ha sido en el palacio arzobispal donde Miguel ha aprendido que el báculo se porta en la mano izquierda.
Tras estos actos, Miguel se ha subido a lomos de un caballo blanco y ha comenzado su marcha acompañado por sus compañeros de la escolanía, que repartían caramelos, y dos prelados, vestidos de rojo. Todos juntos y en procesión, junto al grupo de danzas Maria Ángeles Saiz, han recorrido la plaza del Rey San Fernando, que actualmente está decorada con unas burbujas gigantes, el paseo del Espolón y han llegado hasta la plaza Mayor de Burgos.
Una vez en el lugar, la alcaldesa Cristina Ayala ha conocido al Obispillo de Burgos de este 2024, al que ha saludado. Minutos más tarde, Miguel y sus compañeros los Pueri Cantores salían a la ventana del Ayuntamiento. El Obispillo hacía así sus peticiones para la ciudad y sus compañeros cantaban dos canciones navideñas.
En su discurso, el Obispillo Miguel Puebla ha expresado que sueña «con una ciudad donde todos los niños seamos iguales». Además, ha recalcado que esto debería cumplirse «sin importar de dónde vengan». Quizás en relación con la polémica que hubo en noviembre en el Ayuntamiento de Burgos sobre las subvenciones a ONG que trabajan con migrantes. Esta terminó con la ruptura del pacto de Gobierno entre PP y Vox.
Miguel ha señalado que la diversidad «enriquece» Burgos, así como la inclusión. Ha pedido una educación y una atención sanitaria «de calidad» y también ha mencionado la importancia del cariño de los padres para crecer felices. Asimismo, ha pedido a la ciudad de Burgos que se potencie la cultura para todos, en especial para los más pequeños, con programas en los centros cívicos y parques accesibles.
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Natalia Sáez Ursúa
Por último, el Obispillo ha querido pedir a Burgos que se fomente el uso de la bicicleta y caminar, para «crear entornos saludables» en la ciudad. «Sueño con una ciudad que no deje a nadie atrás», ha añadido.
La tradición del Obispillo se remonta a 1399, según la documentación del Archivo de la Catedral de Burgos. Sin embargo, la ciudad de Burgos la perdió en los años 60, aunque fue recuperada en 1998, según explica el autor Vicente Benítez Blanco. Anteriormente, en 1996, la escolanía de los Pueri Cantores también había sido recuperada.
La elección del Obispillo es realizada por los propios escolanos y se hace pública el Domingo Gaudete, el tercer domingo de Adviento, donde se comunica quién es el próximo Obispillo a las instituciones civiles y religiosas.
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