La Policía Local pone fin a sus felicitaciones tras haber alegrado más de un millar de cumpleaños infantiles

Durante las últimas semanas, no ha sido extraño ver a la Policía Local felicitando el cumpleaños a los más pequeños de la ciudad. Era su forma de hacer más llevadero el confinamiento para los niños, que a menudo no son del todo conscientes de lo que supone un estado de alarma. Pero el cuerpo municipal ha decidido poner punto y final a esa práctica.

Y es que, desde el pasado domingo, los menores de 14 años tienen la posibilidad de salir de sus casas, aunque de manera controlada, durante una hora al día y manteniendo en todo momento las medidas de distancia social. Se acabó el confinamiento así que la felicitación de Policía Local ya tiene menos sentido, aunque sí mantendrán otro tipo de iniciativas como el Himno a Burgos por la noche, las visitas a residencias o centros de atención a personas con discapacidad.

De esta forma, el cuerpo municipal pone fin a una práctica que ha llevado la alegría a todos los rincones de la ciudad. En total, durante este periodo, los agentes se han acercado a felicitar el cumpleaños a 1.001 niños de la ciudad. Otros cientos se han quedado finalmente sin felicitación a pesar de haberla solicitado.

Las felicitaciones, solicitadas formalmente por los padres de las criaturas, se repartían cada día en función de las patrullas disponibles y se llevaban a cabo garantizando en todo caso la prestación de los servicios habituales. No era una exigencia, sino que los propios agentes se ofrecían voluntarios.

A pesar de ello, la práctica, extendida en numerosos puntos del territorio nacional, no estuvo exenta de polémica. De hecho, fue necesaria la intervención del Gobierno para aclarar la situación y permitir que se siguiera realizando, lo que fue bien recibido por los niños y por los propios agentes que participaban en las felicitaciones.

No en vano, acudir cada día a felicitar a un par de niños suponía para muchos casi una catarsis en mitad de una situación muy complicada, como la derivada de la pandemia de la covid-19. Y es que, el reparto de cariños fluía en ambas direcciones y la experiencia, aseguran desde la Policía Local, ha sido fantástica para los agentes.

Eso sí, también ha habido momentos especialmente emotivos, explican. Entre los cumpleaños felicitados, el de un niño de 3 años enfermo de cáncer que está recibiendo tratamiento y al que acudieron a felicitar a su casa. También fueron hasta el domicilio de dos niñas que tenían a su padre ingresado por la covid-19 y que estaban tristes por no poder verlo.

O hasta la casa de un matrimonio de sanitarios, cuyos hijos no los habían visto desde que se inició el confinamiento. Y si hablamos de mayores, además de acudir a felicitar a varias centenarias, se acercaron a cantarle el cumpleaños feliz a una abuela, enferma de cáncer. Fue a petición de los hijos, que están en Bilbao y pudieron seguir la felicitación por videollamada, gracias a un agente.

A las residencias han ido a menudo, también a felicitar a algún usuario en nombre de sus hijos, y periódicamente van a los centros de atención a personas con discapacidad. En ambos casos, se mantendrán las visitas porque ellos sí siguen confinado.s