Las protestas por el Tren Directo cumplen 400 concentraciones en Burgos sin garantía de reapertura
En ocho años de plante, y desde 2011 cuando la línea colapsó, no ha existido voluntad política por su reapertura. El tramo cerrado impide el tráfico entre Madrid y Aranda, mientras sí es operativo el norte hasta Burgos
Tiene un especial valor que un grupo de burgaleses haya aguantado 400 plantes todos los sábados frente al Ayuntamiento de Burgos para exigir la reapertura de esta línea ferroviaria que une Burgos y Madrid por Aranda de Duero. Nació como una iniciativa individual del arquitecto Pedro del Barrio el 18 de noviembre de 2017, como una iniciativa ciudadana que perseguía este objetivo.
Este sábado, y como ya es habitual desde hace dos meses, la concentración se ha transformado en manifestación desde la plaza Mayor hasta la de Mío Cid. En esta ocasión, el número de manifestantes ha superado el habitual y unas 300 personas, con el pañuelo verde al cuello, han mostrado su malestar a las autoridades ante la no solución a este problema.
En sus inicios fueron incluso apoyados por casi todos los partidos políticos, pero fueron perdiendo fuelle a medida que nada se conseguía o por el acceso al poder de aquellas fuerzas que se manifestaban sabedores de que no se iba a reabrir el ferrocarril ni participando en la protesta, ni estando en el Gobierno.
Colapso
El Tren Directo Burgos - Aranda- Madrid colapso definitivamente en 2011, cuando la se produjo un derrumbe en el túnel de Somosierra. Ese desprendimiento dejó sepultada una bateadora que hacía obras de modernización; desde entonces, la línea se encuentra en estado de «suspensión al tráfico comercial» entre Manzanares, Soto del Real y Aranda de Duero.
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La máquina sigue encastrada en el mismo punto y la línea ferroviaria está cerrada. Se ha solicitado en muchas ocasiones que se saque la bateadora a Adif, pero cuando el Gobierno de España compró a la operadora la máquina para evitar sacarla y hacer obras de mantenimiento, se acabó, de facto, reabrir la vía. La línea de ferrocarril del Directo Madrid – Aranda de Duero – Burgos, pertenece en su totalidad a la Red Ferroviaria de Interés General del Estado y tiene 280 kilómetros. Fue inaugurada el 4 de julio de 1968, hace ahora 57 años.
Ahorro neto
Hace ocho años, tras un informe elaborado por la consultora pública INECO, el Ministerio de Fomento requirió otro informe complementario que elaboraron Ayuntamiento, Diputación, Federación de Empresarios y ratificado por la Universidad de Burgos. Según el estudio, la reapertura de esta línea permitiría ahorrar en costes unos 465 millones de euros, en el escenario más benévolo, con un incremento del tráfico ferroviario y en un plazo de 20 años. Y que, anualmente se produciría un ahorro de 1.830.000 euros en un año y de 4,45 millones anuales si la línea se electrificara.
Según las estimaciones realizadas por estos estudios, los de la Universidad de Burgos y los encargados a otras entidades, unidos a las estimaciones del Gobierno, dan como conclusión que poner en marcha el Tren Directo supondría la reducción de hasta en un millón de kg de CO2 anuales. Son datos extraídos de la previsión reflejada en los estudios realizados sobre esta línea en cuanto a los objetivos marcados de la acción por el clima y la vertebración, con servicios básicos en poblaciones de la Sierra Norte de Madrid, Nordeste de Segovia y Sur de la provincia de Burgos. Paliaría, en parte, el exceso de tráfico pesado por carretera en la AP-1, A-1 y A-62 y la N-I.
El tramo Burgos Aranda está abierto para mercancías; pero es una vía deficiente, sin electrificar, con tramos a velocidad muy reducida y con peligro de incendio en las laderas por el escaso mantenimiento.