La reivindicación de una vecina de la carretera de Arcos llega al Pleno de Burgos

Consuelo Rodríguez tiene 76 años y es burgalesa. Aunque hace muchos años que vive en Madrid no olvida sus raíces y conserva la vivienda que la vio nacer, esa a la que quiere volver y no puede. No puede porque cada vez le resulta más complicado poder acceder a ella y, aunque desde 2010 lleva reclamando al Ayuntamiento de Burgos que urbanice su calle, solo ha recibido «buenas palabras» pero ninguna ayuda.

Ahora su reivindicación ha llegado hasta el pleno municipal que se ha celebrado este viernes, en el que ha registrado una pregunta para tratar así de hacer escuchar su voz. Y es que para entender bien esta historia hay que remontarse hasta la infancia de Consuelo, cuando sufrió, con un año, el brote de polio que hubo en Burgos. Tanto ella como su hermano se vieron afectados y, por ello, Consuelo tiene una discapacidad reconocida que le ha provocado tener la movilidad reducida.

Consuelo, que está recuperándose de una operación de hombro, asegura que en la vida ha «sorteado muchas dificultades», pero que no le han impedido tener «una vida plena» y a ser una mujer totalmente independiente, algo que quiere seguir siendo.

Pero su casa, esa a la que sueña volver para disfrutar de su jubilación, está situada en una calle con una empinada cuesta que está sin asfaltar, por lo que cada vez que llueve se convierte en un barrizal. Este acceso es el único por el que Consuelo puede acceder a su vivienda, porque la entrada por la carretera de Arcos solo es posible caminando y tras salvar varias escaleras, desniveles y un par de estrechas callejuelas, algo inviable tanto para Consuelo, que necesita su silla de ruedas o sus muletas para poder caminar, como para su hermano, que también tiene limitada su movilidad.

Y sin embargo, el acceso por la calle Lope Gemeno cada día que pasa se encuentra en peor estado. «Con 76 años no voy a estar mejor de lo que estoy ahora», explica Consuelo, que pide que al Ayuntamiento que le haga caso de una vez. Esta burgalesa acaba de llegar de Madrid, donde está haciendo rehabilitación por la operación de su hombro, y explica que la llegada hasta a casa ha sido complicada: «Me patinaba el coche, no podía subir, cada vez que llueve baja más agua, se hacen más regueros, mi coche es un coche pequeño y no es muy bajo, pero pega en los regueros, trato de salvar uno y me meto en otro… A veces me da pereza salir por lo que me cuesta llegar».

Una situación que le provoca «pesadillas» en las que sueña que se queda «enfangada». «Las ambulancias y los taxis se niegan a subir. Cuando he tenido que salir y he llamado a un taxi me piden que baje a mitad de la cuesta y yo no puedo hacerlo», indica Consuelo, que tampoco puede subir y bajar escaleras.

Además, Consuelo lamenta que si el acceso no se arregla «no tiene sentido» que «mantenga la casa», esa casa que perteneció a sus padres y a la que quiere volver. Por ello, ha «implorado» al Ayuntamiento de Burgos que tome cartas en el asunto, porque considera que ya «no puede esperar más» para que arreglen el acceso a su vivienda, una tarea que debe ser asumida por el Ayuntamiento, como en 2017 el propio Consistorio le confirmó. Ahora, espera que su intervención en el pleno le dé por fin una respuesta a su reivindicación.

Compromiso del Ayuntamiento

Tras escuchar su petición, el concejal de Ingeniería Industrial, tráfico y almacenes, así como del Servicio de Movilidad y Transportes, José Antonio López, se ha mostrado comprensivo con Consuelo. López ha asegurado que «entiende su problema personal» y ha asegurado que desde el Ayuntamiento adoptarán «todas las medidas que sean necesarias, si es que es posible, para poder solucionar ese problema».

Eso sí, antes le ha pedido a esta vecina toda la documentación relativa al problema para «poder estudiar el caso, concertar una cita personal en la que también esté presente la concejalía de vías y obras para solucionar la reparación de este camino».

El concejal se ha «comprometido» en el Pleno a entrevistarse con Consuelo para «poder valorar la situación» y, de esta manera, poder «darle una respuesta adecuada». Hasta entonces, Consuelo esperará la llamada desde el Ayuntamiento para saber si de verdad esta vez verá su problema solucionado y poder volver así a su Burgos querido.

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