Un servicio con certificado de excelencia
El Servicio de Anestesiología del hospital de Burgos obtuvo hace meses el certificado ISO, con el que cuentan muy pocos centros hospitalarios en España
Conscientes de la importancia de su trabajo dentro del hospital, los responsables del servicio de Anestesiología del HUBU decidieron tiempo atrás someterse a una exhaustiva auditoría que permitiera evaluar la excelencia del servicio y obtener un sello de calidad. Y el resultado ha sido óptimo.
No en vano, desde hace apenas un par de meses, el servicio de reanimación para pacientes críticos (REA) cuenta con el certificado ISO 9001, un reconocimiento con el que cuentan «muy pocos hospitales» en todo el país y que garantiza un estándares de calidad muy difíciles de alcanzar.
«Uno de nuestros objetivos es saber qué se está haciendo mal y qué se puede mejorar. Para ello, nos sometimos voluntariamente a una auditoría que ha durado un año, primero interna y luego externa, con auditores nacionales y extranjeros. Se ha valorado absolutamente todo, desde los procesos de compra de material y de gestión del residuo, hasta el mantenimiento de los equipos, las guardias y los propios protocolos médicos. Ha habido que corregir algunas cosas y finalmente hemos obtenido el certificado», resume con orgullo Juan Manuel de Vicente, jefe del servicio, al tiempo que confía en que el sello de calidad sirva de estímulo para atraer profesionales.
Además, la propia auditoría ha servido para detectar ámbitos de mejora. Por ejemplo, según explica Cristina Arlanzón, jefa de la propia sección de la Unidad de Reanimación, en los últimos tiempos se ha implementado «un protocolo de humanización» de la REA, ampliando horarios de visita e intentando hacer a las familias más partícipes de todo el proceso y de las decisiones que se deban ir tomando en cada momento, una cuestión considerada hoy en día «fundamental».
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Y todo ello para certificar la excelencia de un servicio considerado «referente» dentro del hospital, por el que diariamente pasan decenas de pacientes, fundamentalmente de corta estancia, pero cuyas estancias se pueden prolongar en algunos casos durante mucho tiempo. «Ahora mimo, por ejemplo, tenemos a un paciente ingresado desde el pasado 21 de enero», explica Arlanzón al tiempo que insiste que la atención de estos casos conlleva un trabajo muy específico.