La solución a la economía se llama Navidad

Burgos crecerá económicamente este año 2019 por encima de la media nacional del 2%. Solo serán una o dos décimas, según el informe anual que realiza el Colegio de Economistas de Burgos, pero las suficientes para estar «orgullosos», según manifestó esta semana pasada el decano de dicha institución, Carlos Alonso de Linaje. Sin embargo, por el camino nos estamos dejando algunas de las señas de identidad de nuestra capital, como son el comercio tradicional y las exportaciones.

Las tiendas con seña de identidad propia están perdiendo la imposible batalla contra la venta online y el cierre de establecimientos, en muchos casos, deja de ser comentado, porque son muchos los locales del centro de la ciudad que hace años esperan una nueva oportunidad. No obstante, gracias a la Navidad, parece imposible atender la bulliciosa demanda que recorre las calles. Tiendas, restaurantes y bares se encuentran por momentos desbordados debido a una suerte de cierre de año que, por desgracia, para algunos es un oasis en el desierto.

No soy yo especialmente amante de las aglomeraciones y de ahí que, como yo, muchos se pregunten dónde están toda la gente que se ve estos días por las calles el resto del año. Un hostelero muy conocido de esta ciudad me decía recientemente, ahora están a tope, pero el 8 de enero parecerá que ha caído una bomba nuclear. El consumo se retraerá y facturar volverá a costar un triunfo. De ahí que colectivos empresariales traten de inventarse otras 'navidades' que estimulen el ocio o las ventas. Sin suerte, algunas de esas iniciativas mueren antes, incluso, de ponerse en marcha.

Y no quiero olvidarme de las exportaciones, el Colegio de Economistas advirtió de que nos hemos dejado escapar 1.000 millones de euros en solo cuatro años. Cuando en 2015 registramos 3.623 millones de euros en este apartado, hasta octubre de este año facturaremos 2.519. Las causas pueden encontrarse en la presencia del cercano y joven parque de proveedores de Palencia y en una reducción de la productividad de nuestro tejido industrial. Atención a eso.

Con estos mimbres, cerraremos un 2019 positivo en lo económico y daremos la bienvenida a un 2020 que se prevé también favorable, aunque en menor medida, por eso de la desaceleración económica. De nosotros dependerá mirar a nuestro futuro inmediato con optimismo, lo cual nos hará vivir mucho menos preocupados, o hacerlo con la negatividad de quienes se ponen en lo peor y ven venir una nueva crisis. Después de lo sufrido estos últimos años, mejor ni mentar a la bicha y potenciar nuestras capacidades, que son muchas.