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Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 17 de febrero
El equipo de la URPA del Hospital Universitario de Burgos. Ruth Rodero

La URPA, una «gran desconocida» entre las especialidades hospitalarias de Burgos

Aún siendo vital en la todas las cirugías que se realizan en el HUBU, la Unidad de Reanimación Postanetésica (URPA) sigue luchando por darse a conocer de cara a la sociedad burgalesa

Raquel Romero

Burgos

Sábado, 28 de diciembre 2024

Cuatro años de vida en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y la Unidad de Reanimación y Cuidados Críticos Postquirúrgicos (URCCP) continúa siendo una de las especialidades que más desconocimiento genera de puertas para afuera del centro. O así la consideran sus miembros, implicados en gran parte de las intervenciones quirúrgicas que se realizan a diario en el hospital.

Dicha área es una de las secciones que conforman la Unidad de Reanimación Postanestésica (URPA), la cual tiene como función principal prestar una atención continuada al paciente desde el momento en que sale del quirófano hasta que sus constantes vitales son estables y deja de necesitar terapia exhaustiva. Es el paso intermedio entre la operación y el descanso en planta de todos los pacientes de cirugía.

En total, en la unidad de reanimación del hospital de Burgos trabajan un total de 70 profesionales, entre los que se distinguen enfermeros, celadores, limpiadores, técnicos de cuidados y 42 facultativos especializados en anestesiología. La unidad está dividida en tres departamentos. El primero, comúnmente conocido como el 'despertar', atiende a pacientes que necesitan pocas horas de tratamiento tras la cirugía.

El segundo sector es para procesos intermedios y, finalmente, está la Unidad de Reanimación y Cuidados Críticos Postquirúrgicos (URCCP), donde se establecen los recién operados que van a necesitar varias horas de vigilancia antes de subir a planta, ya sea porque la intervención a la que se han sometido es compleja o porque padecen alguna patología.

En esta última división, los pacientes permanecen «mínimo 24 horas», aunque ha habido «enfermos que han llegado a estar tres meses y medio», cuenta Cristina Arlanzón, Jefa de Sección de Reanimación en el HUBU.

«Una unidad de cuidados intensivos postoperatoria»

La URCCP del citado hospital burgalés se encuentra en el trasfondo de la URPA. Cristina la define como «una unidad de cuidados intensivos postoperatoria que, en vez de estar conducida por intensivistas, la llevan anestesistas» y que está dirigida a «enfermos críticos postquirúrgicos». Concretamente, son 14 los médicos que componen este equipo en Burgos.

Un recién operado del cráneo, un individuo que se ha sometido a una cirugía de páncreas o un enfermo al que la operación de abdomen le ha causado una peritonitis son el tipo de pacientes que ingresan en dicha Unidad de Reanimación.

Equipo médico de la URPA en el HUBU. Ruth Rodero

No obstante, a pesar haber tratado altos volúmenes de pacientes (en 2023 fueron 1.500 los individuos que fueron atendidos), siguen siendo los «grandes desconocidos» del HUBU. Así lo cree Juan Manuel de Vicente, Jefe de Servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor en este centro.

Historia y funcionamiento

«Antes de la pandemia ya había una pequeña unidad con cinco camas de enfermos críticos», explica Irene Arenas, Supervisora de Unidad de Reanimación Postanestésica. Con la epidemia de Covid-19, el HUBU utilizó una de las zonas del centro como «trinchera» en la que manejar distintos casos de insuficiencia respitratoria. Esa área pronto fue dotándose de personal y haciéndose fuerte, hasta formar lo que conocemos hoy como la URPA.

«Hemos sido los grandes olvidados de este hospital durante muchos años», asegura Cristina. Asimismo, a pesar de su corta vida, el pasado 2023 la unidad recibió la certificación de calidad ISO.

El conjunto de la URPA cuenta con una capacidad de diez camas en el nivel 1, 17 en el intermedio y doce camas para la URCCP las cuales, en algún momento resultan insuficientes, cuentan sus dirigentes. Irene y Cristina son las encargadas de contabilizar cada mañana cuáles son los enfermos que van a entrar en la unidad. «Clasificamos todos los pacientes que se van a operar en el día dentro del primer nivel, segundo o reanimación», asegura Arenas.

«Humanizar» el proceso hospitalario

Más allá de las terapias médicas que realizan a cada paciente, si hay algo que tienen estipulado los miembros de esta sección del HUBU es «humanizar» la estancia del enfermo en su unidad. «Si tú al paciente le informas de dónde va a ir y en qué condiciones va a estar, tanto él como la familia estarán mucho más tranquilos», narra Irene.

Y es por eso que entre las medidas de mejora está el reparto de unos trípticos informativos que próximamente incluirán un vídeo explicativo del funcionamiento de la unidad. Además, como parte del proceso de humanización, desde el equipo del HUBU han implementado un régimen más permisivo de visitas para los pacientes en general y han puesto en pie una iniciativa para que los más pequeños estén acompañados por sus padres durante el proceso hospitalario.

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