Los impagos a la plantilla hacen peligrar el ascenso del Burgos CF
Los jugadores han formalizado la denuncia al club ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE)
El Burgos CF está a punto de disputar el partido más importante de los últimos años. El que confirme que podrá comenzar la temporada en Segunda División después de certificar el ascenso en el césped. Y es que las aguas bajan revueltas a orillas del Arlanzón.
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Si hace tan solo unas semanas los jugadores del Burgos CF enviaban una carta a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en la que denunciaban los impagos que acumulaban desde hacía meses y en la que exigían una solución inmediata al conflicto ahora han dado un paso más. Esa carta de disconformidad y aviso ha pasado a ser una denuncia formal por impagos.
La plantilla que ha llevado al club de nuevo al fútbol profesional ha presentado esta denuncia ante la AFE tras no recibir el abono de las nóminas de los últimos meses ni de las primas por los dos ascensos conseguidos (el primero a Primera RFEF y el siguiente a Segunda División).
Lo han hecho así puesto que aunque el plazo abierto por la asociación de jugadores para presentar estas denuncias para la Segunda División B se abrió el 5 de mayo concluía el pasado viernes 28 de mayo. Por eso, tras no haber recibido los pagos adeudados tras la carta presentada en primera instancia, la plantilla ha presentado la denuncia formal ante Comisión Mixta AFE -2ª B de las cantidades adeudadas y vencidas al 31 de mayo de 2021.
Esta situación, confirmada por los antiguos máximos accionistas del Burgos CF que tuvieron que salir al rescate del club hace apenas unas semanas tras ejecutar la pignoración de la mayoría de las acciones que tenía en su poder la familia Caselli, podría terminar con el descenso administrativo del Burgos CF si no se efectúan estos pagos.
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Si la Comisión Mixta comprueba que existe deuda por parte del club se establece la obligación de este de efectuar el pago en un plazo determinado. Si este plazo no se cumpliera las consecuencias podrían pasar por desde la suspensión de servicios federativos al club deudor, que no podría tramitar licencias federativas de futbolistas hasta el pago de las cantidades aprobadas, e incluso la propuesta a la RFEF para que cautelarmente impidiera su participación en la categoría deportiva ganada en el césped, en este caso Segunda División, permitiendo su participación en la inmediata inferior.
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