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Agua del Carmen, el licor que se hizo medicamento
Gastrohistorias

Agua del Carmen, el licor que se hizo medicamento

Este antiguo remedio para todo tipo de males y con altísima graduación alcohólica se hizo muy popular en España durante el siglo XX

Domingo, 10 de febrero 2019, 08:19

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¿Se acuerdan ustedes del Agua del Carmen, ese remedio mágico que tenían todas las abuelas en el botiquín y que servía para todo? Pues si entran ustedes hoy mismo en cualquier farmacia española pueden pedir una botellita e irse a casa con ella tan contentos, cuestión chocante no sólo por la vetusta ancianidad de la marca sino porque se pueda adquirir como supuesto medicamento una bebida con 55 grados de alcohol. Con su inofensivo aspecto de agua fresca de colonia, este solución oral de venta en farmacias contiene un 55% de etanol destilado principalmente con melisa pero también lleva otras esencias naturales como manzanilla, hierba luisa, tila, angélica, hisopo, coriandro, menta, canela, nuez moscada, anís, azahar, corteza de naranja, bergamota, romero y eucalipto. Según el prospecto está indicada para síntomas relacionados con el estrés, alteraciones gastrointestinales y malestares asociados a la menstruación, y se deben tomar de 2 a 3 cucharaditas unas 3 o 4 veces al día diluidas en agua o infusión, aunque ya les digo yo que la ilustre historia del Agua del Carmen ha estado llena de aficionados a empinar el codo que bebían directamente de la botella.

Ojo porque ahora el fabricante avisa de que su uso «es perjudicial para personas que padecen alcoholismo» y que su contenido en alcohol debe tenerse en cuenta en el caso de niños y grupos de alto riesgo, pero antes las cosas ya se sabe que eran diferentes y durante décadas el Agua del Carmen constituyó el secreto de muchas mujeres para atizarse un trago con la excusa de un mareo. O de una indigestión, agotamiento, gripe, tos, reumatismo, dolor de cabeza o cualquiera de las múltiples molestias contra las que se recomendaba su uso allá por los años 30, cuando se llegó a indicar para vómitos, apoplejías, resfriados, espasmos e incluso el cólera y el tifus. «Aplicada exteriormente sirve para curar toda clase de heridas y contusiones», rezaba su publicidad. Normal, ya que equivalía a aplicar directamente alcohol antiséptico.

Diversos anuncios de Agua del Carmen. Todocolección
Imagen principal - Diversos anuncios de Agua del Carmen.
Imagen secundaria 1 - Diversos anuncios de Agua del Carmen.
Imagen secundaria 2 - Diversos anuncios de Agua del Carmen.

Este espirituoso, asociado a la orden de los Carmelitas Descalzos desde el siglo XVII y a se usaba en España como remedio médico hace 300 años. El agua del Carmelo, también llamada de melisa o toronjil, se administró a enfermos tan ilustres como el rey Felipe V y fue la solución de cabecera contra la «pasión histérica», un conjunto de síntomas indefinidos asociados a las mujeres durante el siglo XVIII. Su receta a base de aguardiente, melisa (conocida como toronjil o torongil), angélica, espliego y especias aparece en multitud de recetarios españoles, y se solía preparar en casa o en boticas. Pero fue en 1910 cuando un avispado comerciante de Tarragona, Martín Manuel Reig, comenzó a fabricar este destilado en grandes cantidades. Registró la marca que se haría famosa bajo el título de «Agua del Carmen de los Carmelitas Descalzos elaborado según la antiquísima fórmula de su Orden», y aunque en los años siguientes surgieron varios competidores, el agua carmelitana pasó a ser un emblema de Tarragona. En marzo de 1931 la marca se transfirió a la Comunidad de Padres Carmelitas Descalzos de la Provincia de San José (Barcelona), que en colaboración con Modesto Nadal, farmacéutico tarraconense, llevó a cabo desde ese año la difusión nacional del Agua del Carmen.

«Agua del Carmen es fetén para sentirse bien», decían sus anuncios en los años 60. Entonces no faltaba en ningún botiquín y tampoco en los chupitos de sobremesa, siempre bajo la excusa de algún decaimiento o estado nervioso. Si se animan pueden acudir a su farmacia más cercana y comprobar sus efectos vigorizantes a la par que embolingantes, pero ya les aviso: sabe a colonia.

Anuncio de Agua del Carmen.
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